Brasil, los megaeventos y la paz


Con Dilma Rousseff, Pelé y el cierre musical al ritmo del carnaval, Brasil pareció mostrar su mejor cara en el sorteo del fixture de la Copa del Mundo el viernes pasado. Los ídolos deportivos extrayendo las bolillas ubican al torneo más cerca de su faceta deportiva que de las cuestiones organizativas. El Mundial no se trata ya de cientos de equipos disputando partidos clasificatorios alrededor del mundo. Ya tiene nombres propios, duelos establecidos, fechas y horarios y un solo país como sede.

El sorteo de la Copa del Mundo es el evento elegido por la FIFA para encender la fiebre del máximo torneo del futbol mundial. En Costa do Sauípe, entre bellas modelos, ex futbolistas y longevos directivos, no había lugar para los sobreprecios de los estadios, las obras retrasadas, los reclamos de escuelas con standard FIFA y los desalojos masivos. Los miles de manifestantes que poblaron las calles en junio pasado, durante la Copa de las Confederaciones, no mostraron su cara esta vez.

En la última Conferencia de Play the Game, en noviembre pasado, Walter De Gregorio, director de comunicaciones de la FIFA, reconoció la preocupación del organismo por el Mundial de Brasil. La masividad que adquirieron recientemente los cuestionamientos sociales a los megaeventos y su reflejo en los medios masivos se constituyeron como una de las mayores novedades del deporte moderno. Como pocas veces en su historia moderna, la FIFA debió explicar en el último tiempo por qué un Mundial es bueno para un país, lejos de la visión que presupone que los estados nacionales hacen cola para recibir al máximo torneo del fútbol mundial.

Las últimas informaciones no muestran la mejor cara de los megaeventos. Los Juegos Olímpicos de Sochi, que se disputarán en febrero próximo, fueron catalogados como los más costosos de la historia, con gastos cercanos a los 50 mil millones de dólares, con sobreprecios en las obras, contratos a amigos del poder y pago de coimas. Rusia, que también recibirá el Mundial de 2018, enfrenta denuncias por homofobia. Qatar, sede de la Copa del Mundo de 2022, recibió duros cuestionamientos luego de un informe del periódico inglés The Guardian, que mostraba las extremas condiciones de los trabajadores del emirato, con sueldos bajísimos, derechos cercenados y decenas de muertos recientes.

Hace pocas semanas, los habitantes de Múnich rechazaron por mayoría en un plebiscito la posibilidad de organizar los Juegos Olímpicos de invierno de 2022. La campaña oficial contaba con el apoyo de Franz Beckenbauer, el Bayern Múnich, la multinacional Siemens y al gobierno regional. Quienes sí se pronunciaron a favor de la candidatura de su ciudad fueron los habitantes de Oslo, que en septiembre apoyaron en una votación la postulación de la capital de Noruega.

En Play the Game, Saint-Clair Milesi, el jefe de comunicaciones del Comité Organizador de Brasil 2014, se esforzó por retrucar los distintos cuestionamientos a la organización del Mundial y los excesos en los gastos. Pero recientes informes elevan los costos en construcción o reformas de los 12 estadios mundialistas a 3.400 millones de dólares, más que la suma de los gastos de Alemania y Sudáfrica en los recientes mundiales.

En Costa Do Sauipe, antes del sorteo, Blatter invitó a los fanáticos a rezar para que la organización culmine a tiempo las obras y las manifestaciones permitan el normal desarrollo del Mundial. Resonaban fuerte aun las recientes muertes de dos operarios en el Arena Corinthians de São Paulo, por la caída de una grúa. Antes, se habían registrado dos accidentes fatales relacionados con obras en los estadios de Basilia y Manos, con dos víctimas.

Cuando el sorteo y el fixture intentaban levantar la fiebre mundialista, los violentos incidentes entre los hinchas de Atlético Paranaense y Vasco Da Gama de este fin de semana parecieron volver a la Copa del Mundo a su esfera de conflicto. Los enfrentamientos dejaron al menos cuatro heridos graves. El partido estuvo suspendido durante una hora, pero pese a todo lo sucedido se reanudó.

La violencia en los espectáculos futbolísticos  de Brasil no han sido objeto de cuestionamiento serio para la FIFA. Sin embargo, hasta julio de esta año, Brasil registraba 13 hinchas fallecidos. El año pasado, murieron 23. Faltan poco más de 180 días para que la pelota se eche a rodar. Como afirmó Blatter, será cuestión de rezar para que el Mundial se dispute en paz.

“Los clubes en la ciudad de Buenos Aires (1932 – 1945)” de Rodrigo Daskal

La presentación del libro, con Ariel Scher, Rodrgio Daskal, 
Mariano Gruschetsky y Julio Frydenberg.
“¿Quiénes eran esos tipos que escribían tan bien?” fue la pregunta de Ariel Scher. Esos tipos eran las plumas de la revista “La Cancha”, que oficia de fuente exclusiva para el libro “Los clubes en la ciudad de Buenos Aires (1932 – 1945)”, de Rodrigo Daskal presentado recientemente en el Museo del Libro y de la Lengua de Buenos Aires. El trabajo pone el foco en las instituciones argentinas a partir de los discursos de la publicación, por donde circulan los grandes temas y debates de la época, como la participación de los hinchas, la violencia en el espectáculo deportivo, el rol del estado y el reciente profesionalismo del fútbol argentino.

“El libro revela la relación de los clubes con el estado, que tuvo un rol secundario en su desarrollo, ya que todo lo hicieron los socios de los clubes, con un empuje y un valor impresionante”, dijo el investigador Mariano Gruschetsky en la presentación. El historiador Julio Frydenberg agregó que el libro también resalta la peculiaridad del fenómeno de los clubes argentinos, que se desarrollaron bajo un asociacionismo extremo y buscaron incluir la mayor cantidad de disciplinas para sus socios.

Los años abordados en el libro se presentan como momentos de grandes cambios en el fútbol argentino, como la introducción del profesionalismo en 1931. En este sentido, “La Cancha” se muestra como un rector moral y postula un deber ser del verdadero hincha, con hinchas buenos y malos. A la vez, enaltece el pasado, un fútbol que se fue, un vieja costumbre del discurso periodístico argentino.

Un aspecto central que también aparece en el texto es la relación entre los clubes y el espacio urbano, en un contexto de construcción de los principales estadios del fútbol argentino. “El fútbol condiciono la formación de la ciudad. Los estadios fueron mojones del desarrollo urbano” afirmó Gruschetsky.

El libro de Daskal fue uno de los proyectos seleccionados en el Concurso Oscar Landi, convocado en 2007 por la Biblioteca Nacional y la Universidad Nacional de General Sarmiento. El proyecto premió a aquellas propuestas que pusieran el foco en el análisis de la cultura popular, a partir de publicaciones periódicas editadas en Argentina. “Los clubes en la ciudad de Buenos Aires” cuenta con prólogo del director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, y fue publicado por Editorial Teseo.

Como bien afirmó Gruschetsky, el trabajo de Daskal muestra que “en los clubes hay un objeto de la sociología. Se habla de muchas cosas cuando se habla de la historia de los clubes en la Argentina”.

Fútbol e ideologías, a 40 años de Chile - URSS

Francisco Valdes anota el tanto ante la URSS
 “Por consideraciones morales los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos (…) La Unión Soviética hace una resuelta protesta y declara que en las actuales condiciones, cuando la FIFA, obrando contra los dictados del sentido común, permite que los reaccionarios chilenos le lleven de la mano, tiene que negarse a participar en el partido de eliminación en suelo chileno y responsabiliza por el hecho a la administración de la FIFA”.

Pocas veces en su historia la asociación que dirige los destinos del fútbol mundial habrá recibido semejantes consideraciones como las emitidas por la Federación de Fútbol de la Unión Soviética, para justificar la ausencia de su selección en el partido que debía disputarse el 21 de noviembre de 1973, para definir la clasificación al Mundial de Alemania del año siguiente. Pero en tiempos de guerra fría y dictaduras en América del Sur, el fútbol se cruzó con las ideologías, mientras los combinados nacionales dirimían en un mano a mano su clasificación a la Copa del Mundo, hace 40 años. En el primer partido disputado en Moscú, los chilenos habían conseguido un valioso empate en cero. La ausencia de su rival en la revancha le permitió clasificarse para el Mundial.

La serie clasificatoria entre soviéticos y chilenos estuvo cruzada por el golpe de estado ocurrido en el país sudamericano el 11 de septiembre de 1973. Ese día, los futbolistas chilenos debían entrenarse en el complejo Pinto Durán. Mientras se sucedían los enfrentamientos en el centro de Santiago, varios jugadores pasaron por puestos de control de las fuerzas de seguridad mientras se dirigían al entrenamiento. Algunos de ellos se identificaron como futbolistas para evitar problemas. Al llegar al predio, el entrenador Luis Álamos los envió de regreso a sus casas.

Al día siguiente, el plantel debía volar a Moscú, pero el viaje recién pudo realizarse el lunes 17. El avión de Lan Chile que transportó a los futbolistas fue el primero que abandonó Santiago tras el cierre del espacio aéreo decretado por el gobierno militar. Las crónicas afirman que la nave se elevó de inmediato para eludir disparos de posibles francotiradores.

El Estadio Nacional de Chile luego del golpe
El gobierno de facto miraba con recelo al régimen comunista soviético, a quien Salvador Allende, el presidente derrocado, había calificado como el hermano mayor de Chile. Cuando se disputó el encuentro en Moscú, la Unión Soviética ya había roto sus relaciones diplomáticas con el país sudamericano y el gobierno de Estados Unidos había reconocido oficialmente a la Junta Militar. El gobierno soviético no dio trascendencia al partido, a tal punto que, a la misma hora, la televisión emitió un partido de hockey sobre hielo. En Santiago, el encuentro tampoco fue televisado. Los futbolistas fueron silbados por los 75 mil espectadores cuando salieron al campo.

Tras el empate final en cero, Pinochet envió un telegrama de felicitación e invitó al plantel al Palacio de Gobierno. Cuando ingresó el General, todos los futbolistas se pusieron de pie. El único que permaneció sentado fue Carlos Caszely, de conocida militancia socialista, cuya madre fue secuestrada y torturada durante la dictadura. “Pese a los factores en contra, ustedes lograron lo que yo considero un verdadero triunfo” dijo el dictador. Pero restaba aún el encuentro decisivo en Santiago.

Una vez producido el golpe militar en Chile, el Estadio Nacional se convirtió en una gigantesca prisión a cielo abierto, que sería despejada para el duelo eliminatorio ante los soviéticos. Ante la polémica suscitada por el escenario elegido, las autoridades del fútbol chileno ofrecieron al gobierno de Pinochet jugar la revancha en Viña del Mar. Sin embargo, se decidió disputar el duelo en la capital, para mostrarle al mundo que todo era normal en Chile. Los detenidos fueron trasladados por orden del gobierno al norte del país.

Finalmente, poco importaron las acusaciones sobre el estadio y el horror. La noche anterior, cuando se confirmó la deserción soviética, se produjo una gran celebración entre los jugadores chilenos. Al día siguiente, los futbolistas y el árbitro local Rafael Hormazábal salieron al césped a disputar un partido sin rivales. Los Carabineros tocaron el himno chileno mientras se izaba la bandera nacional. Tras el pitazo inicial, los jugadores de la roja combinaron varios pases sin oposición y Francisco Valdez marcó el tanto simbólico. Horas más tarde, la selección de Chile disputó en el mismo estadio un amistoso ante el Santos de Brasil, pero lejos de poder festejar la clasificación, los chilenos perdieron por 5 a 0.



Al año siguiente, antes de viajar al Mundial de Alemania, el General Augusto Pinochet despidió personalmente al equipo. “Chile sabe los problemas que van a tener que afrontar en Europa, porque la calumnia y la mentira ha llagado a tapar la mentalidad de muchos europeos que no saben ni conocen lo que sucede hoy en Chile. Por eso estamos seguros que van a tener algunos problemas”, les dijo. Chile se volvió de la Copa del Mundo en primera ronda, tras dos empates y una derrota. La dictadura de Pinochet se prolongaría durante 17 años y dejaría más de 3200 muertos y cerca de 30.000 torturados.

Augusto Pinochet despide al plantel chileno antes de partir al Mundial de Alemania 1974:

Los partidos arreglados, otra amenaza para el deporte

Mario Cizmek - Photo: Play the Game/Thomas Soendergaard.
"Porqué me volví un arreglador de partidos" fue el título de la charla de Mario Cizmek, ex jugador croata de fútbol, en Play the Game. En junio de 2010, Cizmek fue arrestado en su casa de Zagreb, delante de sus dos hijas, por una serie de partidos arreglados en su club, el FC Sesvete de Croacia, en combinación con la casas de apuestas.

Cizmek contó que al momento de corromperse pasaba 14 meses sin cobrar su salario. Sin dinero, cayó una profunda depresión. "En esos días, apareció una persona conocida por todos nosotros, de la federación local de fútbol, y nos propuso acordar los resultados durante los próximos seis partidos de la temporada, ya que no eran importantes para nosotros”, relató. Tras pasar unos días en prisión y declararse culpable, hoy aguarda una condena que podría llegar a los 10 meses.

Cizmek fue el testimonio directo del amaño de partidos, otra amenaza para el deporte global que trató Play the Game. “Los jugadores son las víctimas, no los delincuentes ", opinó Will Van Megen, director de FIFPro, una organización internacional que nuclea a más de 50 mil jugadores de fútbol. "No existen mecanismos para ayudar a los jugadores ", agregó Van Megen, quien en su informe mostró la relación directa entre los jugadores que aceptan el amaño y los problemas económicos de sus clubes. El 41,1 % de los futbolistas europeos que participaron en arreglos tenían en ese momento retraso en sus salarios.

Decían Hill, especialista en la cuestión, mostró en detalle los alcances de la organización dirigida por Dan Tan, un hombre de Singapur detenido recientemente junto a 14 personas. Hill mostró el alcance de la organización, que llegó a controlar una red global de amaño de partidos. Hill comentó que el arreglo es más frecuente en futbolistas de 25 a 29, echando por tierra el supuesto de que son los más jóvenes los más fáciles de corromper.

Los diferentes testimonios se dedicaron a resaltar la gravedad del problema, entendido como una gran amenaza para el deporte, como el doping. Recientemente estallaron denuncias en fútbol, tenis y cricket, entre otros deportes. Fue resaltado el caso del Billericay Town, un club de la sexta división del fútbol inglés, que llegó a contar con más apuestas que el Barcelona.

Las soluciones propuestas pasan principalmente por el trabajo cooperativo entre los diferentes actores involucrados, como las federaciones deportivas, las fuerzas de seguridad y los atletas. Entre todo deberán conservar el valor supremo del deporte: salir a ganar cada juego.


El doping y el sueño de un deporte limpio


Photo: Play the Game/Thomas Soendergaard.
“¿Pueden nuestros hijos soñar con ser con competir en la elite del deporte sin drogas que mejoren su rendimiento? ¿Pueden nuestros hijos cumplir su sueño de participar en el deporte de alto rendimiento sin tomar medicamentos ilegales? " fueron algunas de las preguntas que lanzó Bill Bock.  Miembro de la USADA, la agencia que lucha contra el doping en Estados Unidos, Bock fue uno de los que más trabajó en caso Lance Armstrong. en laapertura de Play tha Game, el ciclista caído en desgracia fue la punta de lanza de un debate más profundo sobre los métodos antidopaje en el mundo del deporte.

La mirada de los integrantes de los organismos de control contrastó con visiones propias de los atletas. En la sesión, todos los participantes coincidieron en la necesidad de modificar el sistema actual, que desembolsa millones en controles ineficientes. 

Richard Pound, antiguo miembro de la WADA e integrante del Comité Olímpico Internacional alertó: "Las pruebas actuales son ineficaces. Tenemos algunas pruebas nuevas pero la ciencia debe mejorar". La cuestión trasciende los meros reglamentos y, mientras dice cuidar la salud de los atletas, pone en juego interrogantes que lejos están de resolverse. 

¿Todos los deportes deben controlarse de la misma manera? ¿Cuanto influye el negocio del deporte en los deportistas, que quieren ganar a toda costa y para ello pueden recurrir a sustancia ilegales? ¿Porque los fanáticos toleran el doping? Las preguntas flotaban en el aire, mostrando la profundidad de la cuestión. 

El caso Armstrong mostró cómo la cuestión del doping toca el corazón mismo del deporte. Involucra a los dirigentes, necesarios para luchar contra el dopaje. Bock relató cómo la Unión Ciclista Internacional negó información y envió cartas a Armstrong para tratar de encubrir el caso. Mucho ganó este deporte durante la era del doping y los siete Tours de Francia ganados por el norteamericano. 

El doping también interpela a los atletas, que viven en carne propia la necesidad de encontrar estimulantes para mejorar su rendimiento y alcanzar las victorias. ¿Pueden elegir doparse, mientras sufren la presión por los resultados? “El colombiano Alejandro Valverde contó cómo Armstrong le dijo que si no quería doparse podría encontrar a otros dispuestos a ocupar su lugar en el equipo”. A la vez, la verdad sobre el ciclista, conocida años después de sus victorias, reveló la ineficiencia de los controles y aumentó las sospechas de los atletas. 

Walter Palmer y Preciles Simon aportaron la visión de los deportistas. Plantearon la necesidad de nuevos métodos de análisis e investigación y programas de educación para los atletas, que cargan sobre sus hombros siempre las sanciones, mientras que otros responsables como los médicos quedan de lado. Cada año se gastan seis millones de dólares en el desarrollo de nuevos procedimientos y 350 millones en la aplicación de los controles antiguos, que dan pocos resultados. 

Por último aparecen los fanáticos, deseosos de festejar victorias y coronar héroes deportivos permanentemente, que rara vez condenan el doping, como si sucede con otros delitos deportivos. 

“En realidad, no debemos preguntarnos cuan limpio debe estar el deporte sino si realmente queremos un deporte limpio de doping" fue la conclusión de Pound.

Play the Game 2013


Poner el foco donde otros apenas si echan una mirada, ese parece ser el eterno espíritu de Play tha Game, la organización danesa dedicada al mundo del deporte que desde este lunes llevará adelante su octava conferencia, durante cuatro días. El doping, el amaño de partidos, los mega eventos y la corrupción deportiva son cuestiones que históricamente ha abordado Play tha Game en sus encuentros y que se discutirán una vez más en el Helnan Marselis Hotel de Aarhus, al este de Dinamarca. Temas muchas veces descartados por los grandes medios periodísticos son aquí el centro de la escena, con charlas, debates e intercambios entre más de 300 periodistas, científicos, investigadores y funcionarios del mundo deportivo de más de 30 países.

Dinamarca, el país anfitrión de la conferencia, parece una excepción a muchos de los cuestionamientos que sufre el mundo del deporte. Buena parte de los hombres y mujeres del país practican deporte habitualmente, la infraestructura deportiva cuenta con buenos recursos y existe un marco jurídico adecuado para las federaciones, que gozan de buena salud financiera.

Pero los problemas acechan y algunos debates parecen urgentes aquí, en Dinamarca. Esta vez, la conferencia contará con la participación habitual de periodistas y analistas, como así también de protagonistas que dirigen los destinos del deporte en distintas facetas.

Recientes casos de controles antidoping con resultados positivos, como los casos de los de los atletas jamaiquinos Asafa Powell y Sherone Simpson y el nortamericanoTyson Gay, muestran que esta cuestión todavía tiene cuentas pendientes. Incluso algunas de las últimas medidas como el pasaporte biológico y un endurecimiento de las sanciones no han resuelto el problema. Dentro de pocas semanas, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) prepara una revisión del Código Antidopaje, que determinará cómo se luchará contra el doping en los próximos años.

Por eso, será esta una de las cuestiones principales en el inicio de la conferencia de Play tha Game, con la presencia de ex presidente de la AMA, Richard W. Pound; de Frédéric Donzé, director de la oficina europea de la AMA; y William Bock, asesor general de la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos (USADA).

También la reforma de la FIFA y su supuesto proceso de mayor transparencia serán abordados. Recientemente, la FIFA y Mark Pieth, el presidente de la Comisión Independiente de Gobernabilidad creada en 2011, anunciaron el final de su trabajo en conjunto.

En un reciente informe, Peith fue crítico de todo el proceso, al afirmar que la federación que preside Joseph Blatter había aprobado en su totalidad sólo 7 de 59 recomendaciones, mientras que incorporó parcialmente otras 10, dejando 42 sin aplicarse. Peith destaca como logros importantes la creación de un nuevo manual de ética y los nuevos comités de auditoría y seguimiento del proceso, con la incorporación de miembros independientes.

La FIFA, a través de jefe de Prensa, Walter De Gregorio, contestó a los duros informes resultando los avances y con fuertes críticas a Peith. Ellos formarán parte de la Conferencia en distintos paneles, donde también estarán el periodista Andrew Jennings, eterno crítico e investigador de la corrupción en la FIFA; Luis Fernandes, Viceministro de Deportes de Brasil; y Saint Clear Milesi, miembro del Comité Organizador del Mundial de Brasil 2014.

Así es como por primera vez la FIFA participará oficialmente de esta conferencia y estará cara a con muchos de sus críticos.

La cuestión FIFA también permitirá abordar el problema de los megaeventos deportivos. Los gastos en la Copa Mundial de 2014 fueron parte de los reclamos recientes en las protestas ocurridas en Brasil. Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, Rusia, también cuentan con reclamos de organizaciones de derechos humanos y opositores al régimen del presidente Vladimir Putin, que afirman que el presupuesto alcanzaría los 50 mil millones de dólares, buena parte de ellos destinados a la corrupción y al reparto entre amigos del poder. Los presupuestos extensivos y el uso de las instalaciones luego de los grandes acontecimientos, muchas veces convertidas en elefantes blancos, con poca utilziación, serán tema de debate. Este tipo de situaciones se dieron en recientes grande eventos como en la Euro 2004 de Portugal, en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y en en el Mundial 2010 de Sudáfrica.

El amaño de partidos es un tema muchas veces desdeñado por instituciones como el Comité Olímpico Internacional, pero también tendrá su lugar, con la participación de investigadores como Declan Hill y de miembros de Interpol y Europol. Además, habrá debatas sobre la corrupción en el deporte, con recientes escándalos en federaciones como balonmano, voleibol, levantamiento de pesas y tenis de mesa. También se discutirá el gobierno de las federaciones deportivas y la participación de la sociedad civil, con el objetivo de lograr instituciones más democráticas.

Pelota Afuera estará presente, para dar cuenta de las tensiones que atraviesa Latinoamérica, una región dispuesta a recibir grandes grandes eventos como la Copa del Mundo de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, mientras frecuentemente vive episodios de violencia deportiva que constrata con los valores que proponen los grandes acontecimientos.

La presencia de miembros dirigentes deportivos y políticos da a Play the Game la posibilidad de no quedarse sólo en palabras sobre la situación actual del mundo del deporte, sino insistir para lograr cambios concretos en la organización deportiva del futuro. No se trata ya sólo de dar a conocer una voz sobre los escándalos y la corrupción en el mundo del deporte, sino de buscar un deporte más justo y limpio. Con esos objetivos comienza Play the Game 2013.

Violencia en el fútbol. Investigaciones sociales y fracasos políticos



Un trabajo con conceptos tan originales y desprejuiciados sólo podía darse a conocer en ámbito casi íntimo, lejos de las grandes luces que en ese momento iluminaban un partido de la Selección Argentina. En ese momento se presentó el libro “Violencia en el fútbol. Investigaciones sociales y fracasos políticos”, compilado por el antropólogo José Garriga Zucal y que reúne distintos textos sobre la temática. Además del autor, en la charla también participaron el diputado Carlos Raimundi y Pablo Alabarces, doctor en sociología e investigador. Mientras Argentina celebraba en el Estadio Monumental, el encuentro sirvió para dar a conocer miradas alternativas sobre los frecuentes incidentes en el fútbol argentino, que día a día se cobran nuevas víctimas.

“El libro pretende trazar puente entre el mundo académico y las políticas públicas. Pensar políticas públicas desde el conocimiento. Algo que intentamos hace tiempo algunos de nosotros, con muchos fracasos a cuestas” señaló José al comienzo. Agregó además la necesidad de aprovechar estos trabajos y propuestas a la hora de implementar medidas que permitan avanzar en soluciones a las prácticas violentas en los estadios. “El libro se plantea fomentar el debate e intervenir en la cuestión” agregó Garriga.

Entre las cuestiones originales que se plantean en los textos, repasadas brevemente en la presentación, se encuentran la necesidad de no reducir el problema de la violencia a las barras bravas e introducir en la discusión a la policía, dirigentes y al resto de los hinchas. Tampoco reducir el problema a la irracionalidad de los participantes, ni a los sectores populares, porque los hechos demuestran largamente que los incidentes no están restringidos a esos grupos.

El libro reúne trabajos etnográficos en hinchadas como Platense y Belgrano, además de textos sobre el estado de la cuestión en México, Colombia y Brasil. Además, se incluyen análisis sobre las gestiones públicas sobre seguridad en los estadios y análisis sobre las leyes vigentes en la Argentina.

“Me agarra indignación cuando leo el libro. Si hoy sabemos tanto, es indignante que no se haga nada desde el Estado para trabajar sobre la cuestión de la violencia”, señaló Pablo Alabarces, quien a mediados de las década de 1990 comenzó a trabajar sobre la temática desde el campo de las ciencias sociales. “El estado financia investigaciones y después dice que no sirven para nada. Lamentablemente nunca se producen políticas públicas a partir de los trabajos científicos”, agregó.

Carlos Raimundi señaló la importancia de no relacionar la violencia con la pobreza.“Hoy el Estado está ausente en la cuestión de la violencia, pero el Estado es importante para solucionar. Es necesario reunir a los actores y fijar reglas” dijo Raimundi.

Argentina ya acumula 9 muertos por la violencia en el fútbol durante 2013.

Decime qué se siente (la pasión perdida del fútbol argentino)

Hace siete días, los futbolistas de Boca festejaron su victoria sobre River como verdaderos hinchas. Ante la ausencia de fanáticos de su equipo en el estadio Monumental, impedidos de asistir solo por ser visitantes, los futbolistas xeneizes celebraron juntos, en el centro de la cancha, y cantaron como el más fanático. Celebraban en la inmensa soledad del estadio un triunfo sin testigos presenciales más que ellos mismos. Los hinchas sólo podían mirarlos por televisión. La escena ofició como una postal del fútbol argentino de estos tiempos, que en nombre de la prevención expulsa parte de la pasión de los escenarios.



Ayer, el festejo genuino tomó un cariz institucional, cuando no conformes con la victoria y las celebraciones previas, dirigentes e hinchas xeneizes interrumpieron el encuentro que disputaban ante Rosario Central para continuar con la celebración del triunfo ante River. Se escucharon cánticos recordando el descenso del rival, aparecieron banderas del club de Núñez, mientras que desde afuera de la Bombonera se dispararon cientos de fuegos artificiales. Mientras tanto, el cartel del estadio mostraba un poster que se burlaba de River. Tras la reanudación, Central empató el partido que ganaban los xeneizes en la Bombonera, que probablemente sea suspendida por los hechos.



El Boca – River de hace poco días volvió a convertirse en ese acontecimiento for export del fútbol que se juega sobre suelo argentino. Pero esta vez, el partido más famoso expuso la realidad cruda del fútbol de estas tierras, empeñado en repetir su propia farsa. El fútbol argentino es hoy un espectáculo empeñado en dilapidar uno de sus caracteres que le da fama en el mundo: las prácticas festivas de sus hinchas.

En el Monumental, como en todos los estadios argentinos hoy en día, la fiesta fue exclusiva del equipo local, que puso brillo y color al estadio, pero no apareció la fiesta y los colores compartidos de aquello que le da vida al deporte: un duelo de dos, con sus cantos, sus banderas, sus expresiones carnavalescas.

La misma situación se había dado en 2004, en las semifinales de la Copa Libertadores. Aquella fue la primera vez. En el duelo de ida en la Bombonera sólo participaron hinchas de Boca y en el Monumental sólo estuvieron los de River.

Al leer el libro “Historia social del fútbol”, de Julio Frydenberg, una de las conclusiones que aparecen es el esfuerzo y la dedicación que pusieron los socios que fundaron los clubes argentinos, a principios del siglo XX. La organización institucional, la construcción de un campo de juego y un espacio social, el desarrollo burocrático que lograron y que les permitió organizarse en instituciones con reconocimiento legal, participar de campeonatos organizados y atraer nuevos socios y recursos para perdurar en el tiempo. Semejante complejidad del trabajo hizo que sólo una pequeña porción de los clubes fundados persistieran con el paso de los años. El trabajo de sus socios fue lo que les permitió subsistir.

Más de 100 años después, muchos socios e hinchas se privan de ver aquello que con tanto esfuerzo sus antepasados construyeron. Poco queda de aquel espíritu amateur, del hacer por la pasión y el amor al club. Mucho de aquello que se ha perdido parece haberse ido para siempre. El amor a la camiseta se disfruta hoy por televisión y es un espíritu usufructuado por el marketing mediático, que hace de aquello un show televisivo con sinuosos videoclips. O recae en su peor faceta, la cultura del aguante, que habilita una serie de prácticas propias y ajenas marcadas por el sufrimiento, la violencia y la intolerancia. En el extremo, la violencia mercantilizada convierte su ejercicio en fuente de negocios.

La barra de Independiente, envuelta en fuertes disputas internas
Es todo aquello lo que expuso el Boca – River, el partido más famoso de la argentina, jugado con sólo una parcialidad en las tribunas. Para el Estado y la Asociación del Fútbol Argentino, la ausencia de visitantes es condición para que se disputen los campeonatos de fútbol en la Argentina. Como una metáfora de la historia, cinco días después, el encuentro entre Independiente y Unión, que también se jugaría sin visitantes, fue suspendido por temor a incidentes entre hinchas de una misma parcialidad.

Luego, falleció Lorena Morini, de 39 años, asistente geriátrica y empleada de Independiente, quien quedó en medio un tiroteo entre dos facciones de la barra brava del club.

Los sospechosos de la muerte de Marini habían estado detenidos luego del partido frustrado, pero fueron liberados a las pocas horas. Así, el fútbol argentino se cargó una nueva víctima, que eleva el número a 279 en la historia. Mientras tanto, muchos dirigentes promueven burlas institucionales hacia sus rivales, que no hacen más que fomentar las prácticas violentas que después lamentan. Prácticas cada vez más presentes en el espectáculo futbolístico argentino, que restringe cada vez más la pasión genuina que lo vio nacer.

El equipo del ‘73

Allende y el plantel del Colo Colo
A comienzos de aquel año, Chile vivía protestas masivas, desabastecimientos y paros sindicales. Sin embargo, aquellos meses coincidieron con uno de los mejores equipos chilenos de la historia, el primero en alcanzar la final de la Copa Libertadores. A 40 años de la caída de Allende, el fútbol chileno aún recuerda a aquel Colo Colo e incluso algunos periodistas e historiadores vinculan sus éxitos deportivos con el golpe de estado, del que hoy se cumplen cuatro décadas. 

La de los años setenta no había comenzado bien para el equipo blanco. En 1971, la campaña fue decepcionante y acabó en el cuarto puesto, en el Campeonato Nacional. Al año siguiente, bajo la conducción de Luis Álamos fue campeón, lo que le permitió acceder a la Copa Libertadores de 1973. El Colo Colo, que contaba entonces con Francisco Valdés y Carlos Caszely como figuras, inició su participación en el torneo continental, el 1 de marzo, tres días antes de las elecciones legislativas. 

Compartía el grupo C con Unión Española, Emelec y El Nacional de Ecuador. En aquellos comicios, la Confederación de la Democracia, alianza opositora al gobierno de Allende, conseguiría la victoria.
Pronto las buenas actuaciones del equipo generaron un fervor inédito entre los hinchas. Más de 70 mil personas se acercaban al Estadio Nacional cada vez que se presentaba Colo Colo, aun con huelgas de transporte. En las tribunas, se veían banderas con la leyenda: “Soldados - obreros, unidos venceremos.” Las clases populares se sintieron identificadas con el equipo. 

“Los partidos por la Copa Libertadores significaban una tregua. Una especie de feriado tácito, donde se bajaban las banderas partidarias y se levantaban las albinegras por 90 minutos. Cada triunfo era un respiro para La Moneda”, escribió el periodista Juan Cristóbal Guarello en el libro El Equipo Que Retrasó El Golpe, de Luis Urrutia Onell. Algunos jugadores como Carlos Caszely y Leonardo Véliz simpatizaban con el gobierno de socialista. El equipo chileno finalizó primero en su grupo y accedió a las semifinales. 

En su juventud, Salvador Allende jugó de puntero izquierdo en Everton y practicó atletismo. Ante los triunfos de Colo Colo y el fervor popular, el presidente estrechó lazos con el equipo y mantuvo un primer encuentro con el plantel antes del viaje a Río de Janeiro para enfrentar a Botafogo, en el primer partido de las semifinales. “Sigan ganando así mantienen al pueblo unido”, les dijo el presidente.

Colo Colo venció por 2-1 al conjunto brasileño y se convirtió en el primer equipo chileno en ganar en el Maracaná. Luego de la victoria, Allende envió un telegrama de felicitaciones. En Santiago, miles de fanáticos salieron a la calle y festejaron el triunfo. Colo Colo siguió su gesta y dejó atrás al equipo brasileño y a Cerro Porteño de Paraguay, para acceder a la final de la Copa Libertadores por primera vez en su historia. Lo esperaba Independiente. 

El partido de ida terminó empatado 1-1. Allende se encontraba en Buenos Aires para la asunción de Héctor Cámpora, por lo que el plantel y el presidente se encontraron nuevamente, esta vez en la embajada chilena en Buenos Aires. Una imagen de la época los muestra juntos en la plaza San Martín. La revancha disputada en Santiago terminó con un empate 0-0, por lo que el partido decisivo se disputaría en Montevideo. Allí, un gol de Miguel Ángel Giachello en tiempo suplementario le dio la victoria a los rojos por 2-1. Jugadores e hinchas chilenos aún recuerdan algunos fallos arbitrales polémicos en la serie final. Más de 10 mil personas festejando por las calles de Santiago, recibieron a Colo Colo en Chile tras la derrota. 

Tres semanas después del final de la Copa, ocurrió el llamado Tanquetazo, una sublevación militar en contra del gobierno socialista, detenida por los soldados leales de las Fuerzas Armadas. En Julio de 1973, buena parte del plantel de Colo Colo se integró a la selección de Chile, que venció a la Argentina por la Copa Carlos Dittborn, un torneo disputado entre 1962 y 1976 entre ambos países. Por primera y única vez en la historia, el trofeo quedó en manos del conjunto trasandino. 

En agosto, Chile derrotó a Perú y accedió a un repechaje frente a la Unión Soviética por un boleto para el Mundial de 1974. Sería la última gran gesta deportiva de los futbolistas colocolinos bajo la presidencia de Salvador Allende. El 11 de septiembre de 1973, las tropas lideradas por Augusto Pinochet derrocaron al gobierno democrático e instauraron una dictadura que duraría 17 años y dejaría 3200 muertos. 

Para conseguir la Copa Libertadores negada en 1973, el Colo Colo debió esperar hasta 1991. Tras la vuelta de la democracia en 1990, el conjunto chileno venció a Olimpia en la final y se consagró campeón de América.

NOTA PUBLICADA EL 11/9/2013 EN EL DIARIO TIEMPO ARGENTINO. 

Rusia 2013: deportes, leyes e intolerancia

Gesto de rebeldía o torpeza corporal, el beso de las atletas rusas Kseniya Ryzhova y Yulia Gushchina tras recibir la medalla de oro quedará como una de las imágenes más potentes del XIV Campeonato Mundial de Atletismo disputado recientemente en Moscú. Las participantes de la posta 4x400 de Rusia dijeron sentirse humilladas por las interpretaciones de su gesto involuntario, pero lo cierto es que se convirtieron en símbolo de los reclamos contra la reciente ley que prohíbe la propaganda homosexual. También la atleta sueca Emma Green-Tregaro se expresó a través de sus uñas pintadas con los colores del arco iris. La ley que ataca derechos civiles ha generado tanto debate que hasta podría dejar Rusia sin los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. 

Las zancadas y los récords de Usain Bolt convivirán en el recuerdo con las tensiones políticas y sociales generadas por la norma propuesta por el gobierno de Vladimir Putin. El presidente logró que la defensa de los derechos de una minoría se convierta en la voz de la mayoría. La tensión obligó a personajes como Barack Obama a involucrarse en la polémica y el propio Comité Olímpico pidió explicaciones.

La ley sancionada en junio impone multas a los individuos acusados de repartir "propaganda a favor de relaciones homosexuales" entre niños, e incluso propone multas para los que expresen esas posturas en la prensa o internet. Las sanciones más duras llegan a la prisión o deportación por lucir, por ejemplo, los colores del arco iris en un prendedor.

La norma fue defendida públicamente entre otros por Alexey Sorokin, director de la Copa Mundial de 2018 que tendrá lugar en el país, y por Vitaly Mutko, el Ministro de Deportes. "Un atleta de orientación sexual no tradicional no tiene prohibido venir a Sochi. Pero, si sale a la calle y empieza a repartir propaganda, entonces por supuesto que será responsabilizado", le dijo Mutko a la agencia estatal de noticias.

Quien llegó más lejos en su defensa fue la rusa Yelena Isinbáyeva, multicampeona de salto con garrocha. “Vivimos los hombres con las mujeres, y las mujeres con hombres; así ha sido siempre la historia. Nunca hemos tenido ningún problema, ni queremos tenerlo en el futuro, pero estamos profundamente en contra (de la homosexualidad). Apoyo a nuestro gobierno", dijo la atleta, quien fue designada como jefa de la villa olímpica de los Juegos de Sochi.

La cuestión de la homosexualidad está candente en Rusia. Artem Gorodilov fue la última víctima de una serie de ataques oficios llevados a cabo por la agrupación neonazi Occupy Pedofilyaj, quien violó, torturó y asesinó al joven uzbeco a comienzos de agosto. Este último no es un caso aislado en un país donde, según una encuesta reciente realizada por el Centro Levada entre 1600 personas, el 35 por ciento de la población cree que los homosexuales son enfermos y el 38 por ciento opina que los gays y lesbianas deben recibir tratamiento médico. Incluso el 13 por ciento afirmó que la homosexualidad debería ser penada por la ley. En todo el país existirían más de 500 grupos neonazis que atacan entre otros a jóvenes homosexuales.

En este contexto, la ciudad rusa de Sochi celebrará los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero próximo. Para este acontecimiento, el 85 % de las instalaciones fueron construidas desde cero y el gasto podría llegar a ser hasta 10 veces mayor que los Juegos de Turín 2006. Para la construcción de las instalaciones, más de 1000 familias debieron mudarse forzosamente.

Un reciente informe de Boris Nemtsov, político opositor al régimen de Putin, dio a conocer que los costos finales multiplicarán por cuatro los 12 mil millones de dólares presupuestados originalmente. Según el mismo informe, hasta un 50 por ciento de los fondos podrían contarse en corrupción, con obras adjudicadas a dedo a empresarios amigos del poder.

Tras la polémica, que podría arrastrar los Juegos de Sochi, las presiones del COI obligaron a las autoridades rusas a indicar que en la cita olímpica no se aplicará la nueva ley contra los deportistas, aunque no parece esperarse el mismo trato para los espectadores. Pese a que algunos grupos propusieron boicotear los juegos, líderes políticos como Obama y Angela Merkel se manifestaron en contra del boicot.

Pese a que los Juegos Olímpicos muchas veces se presentan como oportunidades de unión de los pueblos y lucha por la paz, no siempre lo que sucede en los hechos se corresponde con los discursos. "Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 trajeron mayor represión en China ya que las autoridades aumentaron el control sobre los defensores de los derechos humanos, los practicantes religiosos, las minorías étnicas, abogados y periodistas", decía un informe de Amnistía Internacional, un año después de los Juegos celebrados en China. El mismo informe indicó que cientos de tibetanos permanecieron durante un largo tiempo encarcelados debido a las protestas que realizaron antes de los Juegos Olímpicos.

En tiempos de tensiones, el periodista Anton Krasovsky, del canal ruso KontrTV, confesó al aire tras el final del Mundial de Atletismo: “Soy gay y soy la misma persona que usted, mi querido público, soy como el presidente (Vladimir) Putin, el primer ministro (Dmitri) Medvédev o los diputados de nuestra Duma”. Poco después fue despedido. La confesión de Krasovsky, el beso de Kseniya Ryzhova y Yulia Gushchina o las uñas pintadas de Emma Green parecen demasiado poco para tanta intolerancia.

Aquí una entrevista con Anton Krasovsky, el periodista despedido luego de confesar su homosexualidad:


Torneo Inicial 2013, desaciertos e injusticias

El fútbol argentino se empeña en deshacerse de aquellos que lo hicieron grande: los futbolistas y los hinchas. A la emigración permanente de jugadores para conseguir dinero y equilibrar los presupuestos, se suma esta vez la doble prohibición de concurrencia: la violencia primero apartó a los hinchas visitantes y finalmente el estadio quedó reservado exclusivamente para los socios. En este receso, el fútbol argentino también vio partir al mejor técnico del último tiempo: Gerardo Martino está hoy en el banco del Barcelona. Un curioso modelo deportivo para un país que se asume entre las potencias de este deporte.

La violencia real y simbólica es moneda corriente en el fútbol argentino, pero trasciende más cuando el torneo está en receso y los partidos son esporádicos. Pero los incidentes no conocen de partidos oficiales y amistosos: las prácticas violentas se dirimen en todo espacio y tiempo. Esta vez fue la barra de Boca la que utilizó un encuentro amistoso para dirimir su interna. Una disputa sangrienta y brutal.

Los enfrentamientos del 21 de julio pasado se cobraron dos víctimas fatales y tuvieron como consecuencia que sólo los socios de los clubes pueden asistir a los partidos. Quizás la medida se corrija en los próximos días, pero en las dos primeras jornadas del torneo para ingresar al estadio era necesario tener la cuota al día. En este receso, los principales organismos que se ocupan de combatir la violencia también tuvieron cambios. Oscar Boccalandro asumió en el APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte) y el comisario Daniel Enrique Valdi fue separado de la jefatura de Inteligencia deportiva de la Policía Federal, por sus vínculos con los barrabravas investigados en la Justicia.

Al repasar las últimas muertes ocurridas en el fútbol, se observa claramente que se produjeron por enfrentamientos entre hinchas del mismo equipo o por enfrentamientos con la policía. Sin embargo, los que deben pagar son los hinchas visitantes o los que nos son socios.

Ya en el césped, la emigración de este tiempo incluyó a buenos valores como Ignacio Scocco, Lisandro López, Darío Benedetto, Luis Fariña, Oswaldo Vizcarrondo, Guido Pizarro, David Ramírez, Juan Manuel Iturbe y Facundo Ferreyra. Cracks retornados al país como Fernando Gago, Cata Díaz, Teo Gutiérrez y Mauro Zárate, se vuelven excepciones, afirmadas más en el amor a los colores que en las posibilidades económicas.

La novedad fue el movimiento interno de futbolistas importantes como Emmanuel Gigliotti, Santiago Silva, Emanuel Más y Martín Cauteruccio, en un mercado que presentó movimientos como hace tiempo no ocurría.

Pero entre tantos desaciertos e injusticias fuera de la cancha ¿se puede soñar con un Torneo Inicial de alto nivel dentro de la cancha?

Ascenso, caída y sustentabilidad del fútbol moderno

Abdullah Bin-Nasser Al-Thani
El Málaga de España es una buena muestra del ascenso y de la caída vertiginosa de algunos clubes de fútbol. En 2010, el jeque Abdullah Bin-Nasser Al-Thani adquirió las acciones del equipo e invirtió millones refuerzos. Así, el Málaga logró ubicarse entre los primeros puestos de la liga española. Su pico máximo de rendimiento se dio en la pasada edición de la Champions League, cuando fue eliminado en cuartos de final en el último minuto por el Borussia Dortmund. Pero en junio pasado, el Tribunal de Arbitraje deportivo (TAS) ratificó que el club no podrá competir en la próxima edición de la Europa League por las deudas que mantiene. El entrenador Manuel Pellegrini, hacedor de las grandes campañas de los tres últimos años, se marchó al Manchester City.

En Europa, actualmente los clubes son ricos por tradición o por la chequeara de sus propietarios. Hace unos años, magnates como Roman Abramovich y Sulaiman Al Fahim volcaron dinero fresco en Inglaterra y reavivaron a equipos antiguos como el Chelsea y el Manchester City, que tras largos años de campañas mediocres vieron llegar estrellas al campo y títulos a sus vitrinas.

Hoy es el turno de Francia, un fútbol históricamente de segundo orden, que replica el modelo inglés y gracias a la chequeara de árabes y rusos ve llegar estrellas a sus equipos. En este mercado, el uruguayo Édison Cavani fue el crack que arribó al París Saint Germain, hoy bajo el ala del qatarí Nasser Al-Khelaifi. Antes, lo habían hecho Ibrahimović, Pastore, Lavezzi y David Beckham entre otros, poblando de estrellas un club que hace pocos años corrió riesgo de perder la categoría.

Dmitry Rybolovlev
Hoy, el club francés de moda es el Mónaco, quien gracias a los millones del magnate ruso Dmitry Rybolovlev ya presentó a los colombianos Radamel Falcao y James Rodríguez, al francés Jeremy Toulalan y el portugués Joao Moutinho. Multimillonario gracias a su empresa de fertilizantes de potasio, Rybolovlev hoy es dueño de un emporio, al que incorporó el club francés en 2011. El ruso se quedó entonces con las acciones del club por el simbólico precio de un euro, cuando el equipo estaba en segunda. Hoy aspira a ganar la League 1 y pelear por la Champions League.

La liga española, lejos de estos proyectos, ve derrumbarse su modelo de derechos televisivos. A partir de 2015, los clubes negociarían los derechos de forma conjunta. El Real Madrid y Barcelona cotizan como los clubes más importantes del mundo. Se repartieron las últimas 9 ediciones de la liga. Pero detrás de este duopolio multimillonario y rentable, la clase media del fútbol español ve emigrar sus figuras a la Premier League: Jesús Navas y Negredo, al Manchester City; Antonio Luna, al Aston Villa, Jordi Amat, al Swansea, Iago Aspas, al Liverpool, son algunos de los que se marcharon recientemente. En total, al menos 32 españoles jugarán en la próxima temporada de la Premier.

Newell´s celebre el Torneo Final
En Argentina, los equipos mantienen su perfil exportador de futbolistas, pero no por eso logran achicar sus pasivos. En los últimos años, los equipos más importantes han perdido la hegemonía que tradicionalmente mantenían sobre el resto. Esta semana, el diario La Nación realizó una breve reseña sobre esta cuestión:

· Ocho de los últimos diez campeones no fueron equipos grandes. Con excepción de los títulos de Boca en el Apertura 08 y el Apertura 11, el resto fueron para Vélez (Clausura 09 y 11, e Inicial 12), Banfield (Apertura 09), Argentinos (Clausura 10), Estudiantes (Apertura 10), Arsenal (Clausura 12) y Newell's (Final 13).

· En las últimas cuatro Copas Libertadores, hubo 21 representantes argentinos y apenas tres fueron equipos grandes.

· En los últimos tres años, de entre 18 posiciones "de podio" posibles (las tres de cada uno de los seis campeonatos de la temporada), apenas tres fueron ocupadas por alguno de los cinco más poderosos.

En la Argentina, los millones que aporta el Estado por los derechos de televisión no lograron modificar el panorama, con deudas millonarias que exigen ventas continuas de futbolistas para equilibrar los presupuestos. En España, mientras los dos colosos celebran títulos, los clubes mantienen deudas sólo con el fisco por más de 600 millones de euros. Mientras tanto, la próxima Supercopa entre Real Madrid y Barcelona comenzará a las 22.30. Si el trofeo se define por la prórroga, los espectadores podrían salir del campo cerca de las dos de la mañana. Un horario necesario para transmitir el encuentro en China. 

"Hemos vendido nuestra alma y no tenemos control sobre los horarios. La verdad es que no puedo decir que la televisión sea algo malo, pero no es normal que tengas una influencia tan grande en el calendario" fueron las palabras de Arsene Wenger a comienzos de 2012, cuando el Arsenal, equipo al que entrena, fue programado dos jornadas consecutivas para jugar el lunes por la tarde. A un fútbol con el alma en las planillas de rating, ojalá alguna vez le llegue el momento de un modelo sustentable.

Turquía: protestas, arreglos y el sueño del Mundial Sub - 20

Los juveniles franceses celebran el título mundial
Mientras Uruguay y Francia definían ayer el Mundial Sub – 20 en Turquía, más de 50 prisioneros por las protestas sociales en aquel país se mantenían en huelga de hambre. Las detenciones no se registraron sólo en el parque Gezi de Estambul, centro de las masivas protestas, sino que la Policía persiguió a algunos manifestantes incluso hasta su casa, según informó la ONG Asociación de Derechos Humanos. Ayer, en el estadio Telekom Arena de Estambul, Francia venció a Uruguay por penales y se llevó el título. En las calles, las protestas manguaron, pero los reclamos y las tensiones permanecen.

Turquía soñó el Mundial Sub – 20 de 2013 como una buena plataforma para sus aspiraciones de recibir a los Juegos Olímpicos en 2020. Pero como le sucedió Brasil en la reciente Copa de las Confederaciones, aquello que se esperaba como una gran fiesta popular terminó eclipsado en parte por las masivas protestas sociales.

El 27 de mayo, poco antes del comienzo del torneo, el primer ministro Recep Tayipp Erdogan anunció un plan para demoler el legendario parque Gezi, ubicado dentro de la plaza Taksim de Estambul, y construir allí un gran centro comercial. Un grupo de manifestantes se concentró para defender el espacio público y fueron brutalmente reprimidos por el ejército. Entonces, una multitud convocada principalmente por las redes sociales se sumó a las protestas, que se extendieron a diferentes ciudades del país.

En medio de la Copa Confederaciones, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, voló de Brasil de a Turquía, para la inauguración del Mundial. Tanto en el país Europeo como en Sudamérica, las protestas masivas surgieron a partir de un reclamo menor y gracias a la acción brutal de las fuerzas de seguridad se volvieron multitudinarias, con reclamos más amplios. Al igual que Brasil, Turquía vive un período de gran crecimiento económico, con 10 años de crecimiento continuo. Los reclamos exigían mayores libertades individuales, menos corrupción y mayor reparto de la riqueza. Hasta ahora, las protestas dejaron cinco muertos, más de 7.000 heridos y centenares de detenidos.

Ante el estallido, el primer ministro se mantenido firme en su puesto y calificó a los manifestantes como "vándalos" y "terroristas", términos muchas veces aplicados a las hinchadas de fútbol. Precisamente, los grupos de fanáticos organizados de los principales equipos del país, como el Galatasaray, el Fenerbahce y el Besiktas, se incorporaron activamente a las marchas de protesta, conviviendo pacíficamente entre ellos. Cantaron consignas contra el gobierno y se enfrentaron con la policía.

Dentro de estos grupos, se destacaron los llamados “Carsi”, un conjunto de seguidores del Besiktas, que se instalaron en la plaza Taksim y se ganaron la confianza de los manifestantes. Los “Carsi” levantaron las primeras barricadas y lucharon mano a mano con las fuerzas de seguridad. Muchos de los manifestantes se tomaron fotos con ellos y compraron su marchandising. En la plaza, se vendieron camisetas con los escudos del Besiktas, del Galatasaray y del Fenerbahce, los equipos más importantes de la capital, con la frase "Istanbul united".

El gobierno vio caer sobre sús espaldas la influencia del fútbol antes de estas protestas. Recientemente, el Besiktas fue apartado de la Europa League de la próxima temporada y el Fenerbahce fue excluido de los torneos de Europa por los próximos tres años, con el último en suspenso, por partidos arreglados. Un tribunal local encontró pruebas concretas de 7 partidos amañados y 13 personas fueron condenadas.

Entre los detenidos por esta trama de corrupción se destacó el presidente del Fenerbahce, Aziz Yildirim, quien más tarde fue condenado a tres años y nueve meses de prisión. Entonces, el gobierno de Erdogan, seguidor del Fenerbahce, envió una ley al parlamento que establecía una reducción de penas para los responsables de arreglo de partidos. El escándalo sucedió en 2011, cuando el Fenerbahce obtuvo 17 victorias en 18 partidos.

El Mundial Sub – 20 de Turquía no resultó la fiesta esperada. Ni por los incidentes en las calles mientras se disputaba el torneo, ni por los poco más de 5 mil espectadores que en promedio poblaron las tribunas de los estadios, que muchas veces lucieron vacíos. En Turquía, la fiesta no fue de los turcos, sino de los franceses que, tras empatar 0 a 0 con Uruguay en la final, vencieron en la definición por penales y se llevaron el título mundial Sub – 20 por primera vez en su historia.

Aquí la definición de Mundial Sub - 20 entre Francia y Uruguay:

Bahréin: fútbol, Fórmula 1 y represión

Salman Bin Ibrahim Al Khalifa
El pasado 2 de mayo, el jeque Salman Bin Ibrahim Al Khalifa fue recibido con aplausos por sus compañeros de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) en el lujoso hotel de Kuala Lumpur. Pocos minutos antes, había sido elegido Presidente del organismo que rige el fútbol asiático. Salman reemplazó en el cargo a Mohammed Bin Hammam, quien tuvo que marcharse en diciembre tras ser expulsado de la FIFA acusado de corrupción y compra de votos en su camino a la presidencia.

Salman le permitió a Bahréin tomar nuevamente los focos del mundo deportivo, pero esta vez con una semblanza diferente a lo sucedido pocas semanas antes, cuando el pequeño emirato de Medio Oriente recibió al Gran Premio de Fórmula 1. Como sucede desde 2011, aquella vez, la llegada del gran circo automovilístico concentró diferentes protestas contra el poder que gobierna el país.

Deporte y alta política

Salman forma parte de la familia real de Bahréin. Su vida estuvo estrechamente ligada al deporte, desde que practicaba fútbol en las categorías inferiores del club Riffa. Luego inició su carrera como dirigente deportivo, que lo tuvo como miembro de los comités disciplinarios de la AFC y la FIFA y como presidente del Mundial de Clubes Japón 2008. En su país, Salman es presidente de la Asociación de Fútbol, Ministro de Deportes y vicepresidente del Comité Olímpico.

Quizás el jeque haya lanzado la idea de llevar la Fórmula 1 al emirato, para mostrar al mundo un país civilizado, capaz de recibir grandes eventos. En 2004, el gran circo llegó a Bahréin y los autos cruzaron a toda velocidad el circuito construido en pleno desierto.

Pero la tensión entre un gran evento deportivo, el poder local y las manifestaciones sociales que se han visto en Brasil durante la reciente Copa de las Confederaciones no son exclusivas del gran país sudamericano. Khalifa bin Salman al Khalifa, primer ministro bahreiní que gobierna el país sin elecciones desde 1970, también lo sufrió en carne propia.

Manifestaciones en Bahréin
En 2011, más de 300 mil de los 1,2 millones de personas que habitan el país se volcaron a la calles, al calor de las manifestaciones de la primera árabe que surgieron aquel año. Reclamaban la posibilidad de elegir a sus representantes en elecciones, la igualdad de derechos en sunnitas y chiítas y la defensa de los derechos humanos, permanentemente avasallados.

Hace dos años, las multitudinarias manifestaciones llevaron a la suspensión de la carrera de F1. La brutal represión dejó decenas de muertos y centenares de heridos. Un informe de Centro de Derechos Humanos de Bahréin afirma que la represión ha continuado desde entonces: los presos políticos son centenares (Bahréin es el país con mayor número de prisiones políticos per cápita del mundo) y continúa la tortura en los centros de detención.

En 2012, el gobierno se preparó ante eventuales conflictos en la carrera de la F1. Pocos días antes, la policía detuvo a 80 activistas, en su mayoría dirigentes opositores. Pese a todo, cientos de personas se manifestaron en las calles y cerca del aeropuerto, donde se guardaban los equipos para la carrera.

El alemán Sebastian Vettel ganó el Gran Premio, en medio de fuertes medidas de seguridad y de multitudinarias protestas, que dejaron un muerto de 36 años, en Manama, la capital del país. Los manifestantes denunciaron entonces que la policía no entregó el cadáver a la familia para evitar que el funeral coincida con la competencia.

A comienzos de 2013, el gobierno convocó a dirigentes opositores a un “Diálogo Nacional", con el objetivo de dar respuesta a algunas de las demandas sociales, que se expresan en las multitudinarias manifestaciones, que continúan desde 2011. El proyecto logró en parte contener las protestas y la carrera de F1 de este año pudo desarrollarse sin grandes reclamos, aunque pocas respuestas concretas se ofrecieron a las demandas sociales.

Un presidente acusado

Este clima de convulsión interna también manchó a Salman, el flamante presidente de la AFC. Pocos días antes de la elección, el Centro de Derechos Humanos de Bahréin envió una carta a la FIFA para impedir la elección. "El jeque Salman Bin Ibrahim Al Khalifa está involucrado en violaciones a los derechos humanos. Fue responsable de la persecución contra futbolistas, directivos, árbitros y entrenadores que participaron de las protestas democráticas desde febrero de 2011", decía el escrito.

El Centro de Derechos Humanos denunció además que, el 20 de abril de 2011, Salman presidió una reunión de la Asociación de Fútbol de Bahréin donde hizo hincapié en que la Asociación debía trabajar en la eliminación de cualquier persona que hubiera participado de las protestas contra el gobierno, ya sean directivos, jugadores o árbitros. La Agencia de Noticias del país informó de esta decisión y luego se conocieron imágenes de atletas y jugadores en la televisión. Más de 150 atletas, entrenadores y árbitros de diferentes deportes fueron encarcelados y torturados.

"Ustedes hablan de acusaciones. Pero la pregunta es: ¿tienen pruebas?", dijo Salman a los periodistas tras su elección como presidente de la AFC. "Hay gente que habla del gobierno, pero no creo que ése sea nuestro cometido en el fútbol. Somos gente de fútbol. Si alguien tiene pruebas de que la federación de Bahréin ha violado los estatutos de la FIFA o de la AFC, que las presente", agregó. El artículo 11 del reglamento de la AFC, y el artículo 14 de los reglamentos de la FIFA, exige una neutralidad en los organismos futbolísticos de los diferentes países y la contravención puede dar lugar a la suspensión de la asociación.

Mohamed Hubail
Mohamed Hubail, jugador de la selección nacional de fútbol, fue detenido luego de las manifestaciones de 2011. Fue golpeado y torturado en prisión. Luego fue condenado a dos años de cárcel. La presión de la FIFA y otros organismos internacionales permitió su liberación poco después. Pero jugadores de básquet, fútbol, handball, corredores de autos y entrenadores sufrieron condenas de más de 15 años de prisión por sus protestas. Ni eso impidió la elección de Salman. Tras su asunción, dijoel nuevo presidente dijo a la prensa: "Necesitamos reformas completas, donde los tomadores de decisiones deban rendir cuentas. Limpiar el pasado y pasar la página para el futuro, restablecer la transparencia y la integridad". Hablaba de la AFC, no de lo que sucede en Bahréin.

Aquí, imágenes de las protestas en Bahréin contra la Fórumula 1:

Copa Confederaciones, el sueño y la pesadilla de Brasil

 Las muertes de un joven de 18 años en la ciudad de Riberão Preto y de otra mujer de 54 en Belén son la consecuencia más brutales de las marchas multitudinarias que vive Brasil en estos días. Las protestas fueron tan masivas y contundentes que no pudieron taparse con goles. Ni siquiera el fervor nacionalista propio de los discursos oficiales, que tuvo a Pele como máximo exponente, surtieron efecto. Con la Copa de las Confederaciones, Brasil se predisponía para una gran fiesta deportiva, cultural y política, que hoy hasta corre riesgo de naufragar.

La FIFA emitió hoy un comunicado donde negó terminantemente la posibilidad de suspender la Copa por las protestas sociales que han inundado en los últimos días las calles de decenas de ciudades brasileñas. El diario O Estado de Sao Paulo informó que miembros de la FIFA están negociando con los equipos para tratar de persuadirlos de que no abandonen el torneo. "La competencia se ha convertido en una pesadilla para la organización. La FIFA no se imaginaba que el evento sería perfecto, pero el alcance de los problemas es peor de lo que se preveía en el peor de los casos", añadió el matutino. Varios vehículos de la organización fueron atacados. Hinchas de Uruguay fueron asaltados; se bloquearon caminos de acceso a los estadios, lo que dificulta la llegada de los fanáticos; muchos familiares de futbolistas italianos ya se marcharon y seis jugadores de la selección española fueron robados en sus habitaciones de hotel.

La Copa Confederaciones fue el escenario pero, ¿por qué esto sucede en Brasil, un país que según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) redujo en la última década la pobreza de 37,5 por ciento al 20,9 y la indigencia cayó del 13,2 al 6,1? Allí, 27 millones de personas dejaron la pobreza en los últimos años. El país tiene en este momento la tasa de desempleo más baja de su historia. Recibirá el Mundial de fútbol en menos de un año. ¿No es el fútbol un espacio festivo, de alegría, celebración y felicidad?

Las protestas surgieron hace poco menos de dos semanas, cuando miembros del Movimiento Pase Libre (MPL) se convocaron en San Pablo para protestar contra el aumento de diez centavos de dólar en el precio del transporte público. Aquello fue la mecha para encender una llamarada social que evidentemente se cocinaba hace tiempo. Hoy, los futbolistas brasileños que participan de la Copa se solidarizan con los manifestantes, que día a día pueblen decenas de ciudades del país.

El músico Caetano Veloso escribió en su sitio web sobre las protestas: “Se trata de una expresión de insatisfacción de la población con una situación de lo púbico que muestra su agotamiento. No se trata sólo del gobierno PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) en el Estado o en la ciudad, ni del PT (Partido de los Trabajadores) a nivel federal. Es todo un conjunto que necesita escuchar de los ciudadanos que ya no hay aceptación pasiva de lo que ellos deciden que sea”.

Las protestas comenzaron con un reclamo puntual y hoy se extienden a demandas como los altos impuestos, la inflación, la corrupción y los servicios públicos deficientes. En este marco, los 26.000 millones de dólares de dinero público que se han invertido (o gastado) para la organización del Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016 pueden resonar como despilfarro para el 35 por ciento de la población que vive con menos de 2 dólares al día.

Probablemente nada altere el proyecto FIFA de desarrollo de los mundiales de fútbol, que pone a los estados a desembolsar grandes cantidades de dinero para llevar adelante el torneo mientras empresas privadas ganan con la realización de las obras y desde Zurich se venden los derechos de televisión para llevarse la verdadera ganancia.

Para este conflicto, fue un factor determinante la llamada Ley General de la Copa, que entre otras cosas establece zonas exclusivas en torno a los estadios, donde se comercializan los productos oficiales de la FIFA y de sus patrocinadores; además, genera exenciones fiscales y legales, para eximir del pago de impuestos a empresas y miembros relacionados con el torneo, a la vez que libera de culpa y cargo a individuos de la organización ante determinados delitos.

Otras leyes han permitido a los gobiernos municipales endeudarse para la construcción de obras faraónicas para el desarrollo del torneo, muchas de las cuales no responden a las necedades urgentes de sus habitantes. Como si fuera poco, ya surgen numerosas denuncias por sobreprecios en las obras y corrupción.

Cuando en 2007 la FIFA entregó a Brasil la organización del Mundial, seguramente ni los ejecutivos de Zurich ni el gobierno sudamericano imaginaron semejante rebelión ante este proyecto corporativo. La grieta entre las necesidades de la Copa del Mundo, llevadas adelante por el poder público, y las demandas de los ciudadanos de a pie se hizo cada vez más profunda. El trabajo de las organizaciones sociales, nucleadas en el Comité Popular de la Copa 2014, denuncia desde hace tiempo muchos de los reclamos y acusaciones que hoy se expresan en las calles. "Los maestros valen más que Neymar", decía alguna de las pancartas en las protestas. "Queremos que el dinero se invierta en las escuelas y los hospitales, no en estadios", se leía en otra.

La Copa de la Confederaciones surge bajo la idea de simulacro de la Copa del Mundo, para encender a los fanáticos del país anfitrión, promocionar el torneo y chequear cómo marcha la organización. Aquí, todo se volvió un boomerang, que lejos de dar mayor promoción al Mundial terminó por mostrar la peor cara para el gobierno brasileño y para la FIFA. Algunos partidos se jugaron con protestas en torno a los estadios, con balas de goma como sonido de fondo. "El fútbol es para unir a la gente. Es para construir puentes, para generar entusiasmo, para traer esperanza ", dijo Joseph Blatter. Quizás la FIFA, esta vez, haya equivocado el libreto.

Aquí una campaña contra la organización de la Copa del Mundo 2014:

 

Dolor en rojo: los hinchas de Independiente y el descenso

Cuando el escenario estaba preparado para la batalla, los hinchas de Independiente decidieron aceptar los sucesos deportivos como aquello que son. Con cantos de amor y lágrimas de tristeza. Con gritos o en silencio, pensando en aquellos colores rojos de toda la vida, hoy caídos en desgracia. El fútbol argentino terminó una semana trágica con la violencia ausente allí donde más se la esperaba. Un equipo que acepta su destino, hinchas que eligen cargar con la tristeza y el desconsuelo sin castigar a nada ni nadie. Gestos contraculturales en el fútbol de la Argentina.

A comienzos de semana, el fútbol sumó una nueva víctima fatal: Javier Jerez, hincha de Lanús, murió ante el disparo de un policía desde pocos metros. Los incidentes generados por los hinchas obligaron a suspender entonces el encuentro entre Estudiantes y los granates. Fue el segundo partido suspendido de la jornada: dos días antes, los disturbios de los fanáticos obligaron a detener el empate parcial entre All Boys y Vélez.

En esta marco llegaba Independiente y sus hinchas al encuentro ante San Lorenzo, que podía sellar su despedida de la Primera División. Los antecedentes no ayudaban a esperar un escenario pacífico. Hace dos años, cuando River Plate se fue a la B, todo hacía presagiar grandes disturbios si el descenso se consumaba y eso finalmente sucedió.

Las autoridades se dispusieron para esa situación. Vallaron la sede de Independiente, cortaron calles de Avellaneda y desplegaron policías para evitar la barbarie. Fue una clara muestra de cómo se predispone la organización del fútbol argentino ante los acontecimientos deportivos: prepara el escenario para la batalla, dando por supuesto que de esa forma resuelven los hinchas sus lamentos deportivos. Lo habían hecho los propios hinchas de Independiente en el partido de la semana pasada ante River, cuando rompieron butacas de la tribuna mientras su equipo era derrotado en el césped.

Quizás las causas de toda esta situación escape a las propias autoridades, poco eficaces para evitar los incidentes, ni qué decir de su capacidad para prevenirlos. Seguramente, entran en juego aquí discursos y sentidos dominantes, porque, según muchos de ellos, en el fútbol argentino no hay espacio para la derrota. Porque el que pierde no es, no existe, fracasa. Sin embargo, cuando la desgracia deportiva se consuma, ingresa el juego de la tragedia espectacularizada, con los discursos y prácticas violentas de los hinchas y el dramatismo como moneda corriente.

El descenso deportivo es visto en la Argentina más que como una tragedia de deportiva. Como una historia que se va apagando, como la agonía de un equipo que hecho para grandes proezas, que no pierde permitirse transitar otro camino que el de la grandeza deportiva. No importa si el club ya descendió en el aspecto económico, si fomenta la violencia de su hinchada, si destrozo su vida social e institucional. El descenso de categoría se ve como la humillación eterna. La pérdida de un honor, una marca que quedará para siempre.

En esa defensa del honor ingresa muchas veces la violencia, esa marca distintiva del fútbol argentino en los últimos años. Un honor que se defiende de las peores formas, pero que surge como un valor máximo de los hinchas, que se lo cargan sobre sus espaldas. Los fanáticos de Independiente lo defendieron con lágrimas y cantos. Y dieron vuelta la máxima que pone a la violencia como norma. Ayer, la sorpresa fue la jornada en paz.

Aquí el final del partido entre Independiente y San Lorenzo y los cantos de los hinchas: