Millones que vienen y van (o la Liga Española en tiempos de crisis)

Dani Alves festeja un gol frente a la cámara de televisión
El empate entre el Levante y el Atlético de Madrid por la primera fecha de la Liga Española el pasado domingo encierra varias metáforas detrás de sí. El encuentro se jugó a las 11 de la noche por pedido expreso de los dueños de los derechos de televisión, pese a las protestas de ambos equipos. En la Liga pasada, el Levante fue quinto y el Atlético sexto, pese a que los colchoneros contaron con un presupuesto cinco veces mayor. Hoy, los equipos de la Liga Española deben 752 millones de euros en impuestos y 3.500 millones al total de sus acreedores. Semejantes cifras se hicieron sentir en el deprimido mercado de fichajes. Mientras tanto, por primera vez, una de las ligas más importantes del mundo como la española jugará sus partidos en 10 bandas horarias distintas, para adecuarse a las demandas televisivas.

La Liga Española es un campeonato de fútbol, no una competencia por el mejor presupuesto económico. Pero números equilibrados y compromisos cumplidos en tiempo y formas garantizan un campeonato más justo y un juego más limpio. No fue eso precisamente lo que ocurrió en último año.

En la Temporada 2011/12, el Villarreal y el Sporting de Gijón, dos de los tres equipos que perdieron la categoría, no presentaban deudas impositivas. Sin embargo, el Rayo Vallecano, el Betis y el Zargoza, tres equipos que se mantuvieron en Primera, se encuentran en concurso de acreedores, lo mismo que el Racing, que descendió a Segunda. Mientras luchaba por la permanencia y hacía equilibrio para saldar las deudas, el Zaragoza compró al arquero Roberto en 8 millones de euros, a través de aportes privados. El portero resultaría clave para mantener la categoría.

Falcao levanta el trofeo de la Europa League
Comportamiento similar tuvo el Atlético Madrid, que pese a deber 155 millones de euros sólo en impuestos, gastó a comienzos de temporada 40 millones en el fichaje del colombiano Falcao, decisivo para la conquista de la UEFA Europa Legue. Un reciente plan obliga a los clubes a garantizar el pago de las deudas con el dinero de la televisión.

Mientras tanto, el Real Madrid y el Barcelona jugaron su Liga aparte, donde los merengues se quedaron con el titulo a 20 puntos distancia al tercero, que fue el Valencia. Lo mismo sucederá en esta campaña.

En el mercado de pases, ocho equipos no gastaron ni un euro en fichajes. En el verano de 2009, los 20 equipos de Primera compraron futbolistas por 470 millones; en 2010, por 262; en 2011, por 350; esta vez, los desembolsos apenas pasaron los 80 millones. Jordi Alba y Song, fichados por el Barcelona, se destacan como nombres importantes, pero lejos de las estrellas como Cristiano Ronaldo, Ibrahimovic, Özil y Falcao, que allegaron a España en las últimas temporadas. El Real Madrid sólo compró a Borja García a cambio de 1,5 millones y lo cedió al Castilla.

Lo paradójico del panorama es que la Liga Española comienza a convertirse lentamente en exportadora de futbolistas. Cazorla abandonó el Málaga para marcharse al Arsenal, Borja Balero jugará en la Fiorentina y Álvaro Domínguez se fue del Atlético Madrid al Borussia Mönchengladbach. El caso de Javi Martínez es un fiel reflejo de la situación actual. El mediocampista vasco era pretendido por el Barcelona, pero los catalanes se negaron a pagar los 40 millones de euros pretendidos por el Athletic de Bilbao. El Bayern Múnich sería el próximo destino del jugador.

El Málaga es un reciente coloso quien se ajustó como nadie. El club fue comprado por el jeque qatarí Abdullah bin Nasser Al Thani en 2010. A partir de entonces, multiplicó su presupuesto por seis, de 25 a 150 millones de euros, convirtiéndose en el tercero en gastos detrás del Real Madrid y el Barcelona. Sólo antes de la temporada pasada gastó 60 millones en fichajes.

Abdullah bin Nasser Al Thani, dueño del Málaga
El plan dio resultado, ya que el equipo terminó cuarto y se clasificó para la Champions League. Sin embargo, el jeque anunció antes del comienzo de la liga que no aportaría más dinero y que la institución debería vivir con recursos genuinos. Así es como el club no gastó ni un solo euro en fichajes y vio salir a Cazorla y otras figuras, como símbolo del ajuste de su plantilla. Son los riegos de vivir bajo la voluntad de una persona, que abre el grifo del dinero y lo cierra a su antojo.

Mientras España se ajusta, otras ligas la han pasado mejor este verano. Los equipos de la Premier League inglesa gastaron 313 millones en fichajes. La Serie A de Italia desembolsó 281 millones, mientras que los equipos franceses invirtieron 198 millones, centralizados en los 140 salidos de las arcas del París Saint Germain. El equipo parisino cuenta con un jeque fiel que todavía está dispuesto a gastar millones, que le permitieron comprar recientemente al sueco Zlatan Ibrahimovic.

Las ligas siguen a veces a las economías de sus países. Pero otras veces, los mecenas aportan fondos para convertir a equipos modestos en conjuntos de primer orden. Burbujas que a veces resultan y otras veces explotan. En tiempos de crisis y ajustes, queda el fútbol, con sus múltiples bandas horarias, para disfrutarlo a toda hora.

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