Celtic campeón y el factor religioso

El Celtic festeja su último título
“¿El deporte ocupa el lugar simbólico dejado por la política y las religiones?” se ha preguntado repetidas veces el escritor español Manuel Vázquez Montalbán, que ha abordado como pocos la cuestión del fútbol como moderna pasión de multitudes, con sus dioses paganos, y su relación con el apaciguamiento del fervor popular por la religión y la política partidaria.

El último sábado, el Celtic de Escocia se consagró campeón de la liga y terminó con el reinado del Glasgow Rangers, su eterno rival, que se había quedado con los últimos tres campeonatos locales. La victoria del Celtic por 6 a 0 ante el Kilmarnock le aseguró el campeonato.

El clásico escocés refleja como pocos esta contigüidad moderna entra la religión y el fútbol. Al Celtic y al Glasgow no sólo los separan los colores y años de historia, sino prácticas religiosas, políticas y sociales que se ponen en juego en el césped. El Celtic es irlandés, católico y de izquierda. El Rangers se reconoce protestante, probritánico y de derecha. La rivalidad deportiva resulta exacerbada por factores extradeportivos.

El Celtic fue fundado por inmigrantes irlandeses, católicos y nacionalistas, muchos de ellos de las clases más postergadas de la sociedad escocesa. El Rangers históricamente fue el equipo de los protestantes, de los partidarios del imperio británico y de la élite de Glasgow.

Esta vez la balanza se inclinó para los católicos. El Cetlic, ya campeón, le lleva 21 puntos de ventaja a su rival, que sufrió el descuento de 10 unidades cuando entró en concurso de acreedores en febrero pasado. "El club ha hecho saber a la Corte su intención de nombrar administradores. Desde que me hice cargo de la mayoría de las acciones, tenía claro que debía de afrontar enormes retos financieros", dijo entonces el presidente del Rangers, Craig Whyte. El próximo partido en casa del Celtic es contra el equipo de Glasgow, pero ya se ha decidido que los jugadores no van a recibir el trofeo de la Liga para evitar posibles disturbios.

La violencia es una práctica frecuente entre las hinchadas de ambos equipos. En 1971 una avalancha en el estadio del Rangers dejó 66 muertos. En 2009, un grupo de jóvenes protestantes atacó a Kevin McDaid, un obrero católico, cuando regresaba de un partido del Celtic. Padre de cuatro hijos, McDaid fue golpeado hasta causarle la muerte delante de su hijo. Una bufanda del Celtic quedó atada cerca de la escena del crimen. Hasta 30 personas habrían participado de la escena.

“Entre Rangers y Celtic, la religión decora la rivalidad en el fútbol, pero hablé recientemente con un cura y me dijo que no ve a los aficionados de uno y otro equipo por misa”, dice el escritor Simon Kuper. Ambos conjuntos se reparten la casi totalidad de campeonatos de la liga de ése país y hacen valer su supremacía sobre el resto. Negocian sus contratos de televisión y sus sponsors en conjunto y ambos aspiran a ingresar en la Premier League.

En medio de la rivalidad, la crisis golpeó al Rangers y favoreció al Celtic, que podrá festejar esta vez. La cultura y la tradición a veces mueren en los escritorios. “El fútbol calificado como ´opio del pueblo´ en tiempos de dictaduras se ha convertido en una droga dura de la democracia. Permite dar una respuesta a la falta de proyecto de las sociedades globalitarias y la paradójica sociedad de masas”, decía Montalbán.

Aquí la victoria del Celtic ante el Kilmarnock por 6 a 0, que aseguró el campeonato del equipo católico:

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