La victoria de Putín y su fórmula deportiva

Putín en la FIFA, apoyando la candidatura
de Rusia al Mundial 2018
El hombre duro y de mano de hierro mostró su costado más humano. Con la victoria en el bolsillo, ya sabiéndose presidente, derramó algunas lágrimas frente a la multitud, esa que lo eligió como nuevo hombre fuerte Rusia. El deporte ha ayudado a Vladimir Putin, el ganador de las elecciones presidenciales celebradas ayer, a mostrarse como un superhombre, capaz de afrontar cualquier desafío. Ayer, dejó de lado esa imagen, aunque nuevamente fue el gran ganador.

"Hemos ganado en una batalla abierta y honesta", declaró Putin hacia sus seguidores. Miles de fanáticos lo vivaban en la Plaza del Manège, en el centro histórico de Moscú. Como se esperaba, Putín venció con el 64 % de los votos y volverá a ser el presidente de Rusia al menos por 6 años, cargo que ya ocupó entre 2000 y 2008. En este período presidencial, el deporte será gran protagonista en la vida del país, ya que la ciudad de Sochi recibirá a los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 y Rusia albergará el Mundial de Fútbol de 2018. Un impulso más para la economía del país, basada principalmente en la venta de hidrocarburos.

“El Mundial de 2018 mejorará tanto la calidad de vida en Rusia que ayudará a reducir el crimen y hará que el país sea más saludable”, afirmó Putín luego de la elección de la sede mundialista, en 2010. Rusia comparte con Brasil su presencia en el Bric, la sigla que incluye a estos dos países junto a India y China y que los postula como futuras potencias mundiales. Rusos y brasileños comparten a los megaeventos deportivos (mundiales de fútbol y Juego Olímpicos) como plataforma de desarrollo, principalmente como puntales de planes de inversión multimillonarios, que motorizan la economía del país.

Como buen deportista, Putin entendió los beneficios del deporte para Rusia y se involucró en las candidaturas de Sochi y de la Copa del Mundo. "Al final será una influencia integrada y positiva en el futuro de nuestro país", agregó Putín sobre el Mundial. No sólo la economía podría beneficiarse, sino las ambiciones del mandatario de unificar el país y sus ciudadanos, como hizo frente a la corriente separatista de Chechenia. El deporte podría enrolar a muchos de los ciudadanos detrás de los símbolos nacionales si sus representantes tienen buenos papeles en las competencias.

En esta combinación de economía, nacionalismo y deporte, Rusia invertirá al menos 10.000 millones de dólares en mejoras de infraestructura para las 13 ciudades que recibirán el Mundial. A pesar de los grandes gastos, los rusos se beneficiarán durante años, afirmó Putin. Las obras en Sochi, que incluyen renovación de instalaciones deportivas una amplia reforma en la infraestructura general de la zona, costarán unos 30.000 millones de dólares.

“Tenemos que lograr que el 35% de la población, como en Finlandia, practique deporte”, dijo Putin mientras supervisaba las obras de Sochi. El nuevo presidente predica con el ejemplo en este caso al practicar una hora de deporte por día. Es aficionado al esquí y testeó personalmente las pistas de los Juegos Olímpicos de 2014. Frecuentemente nada en las piscinas de sus residencias. Ex agente de los servicios secretos, practica frecuentemente artes marciales, especialmente el judo, donde tiene el nivel de cinturón negro.

Hace poco tiempo comenzó con la práctica de hockey sobre hielo y hasta se entrenó con las estrellas de este deporte. Le gusta la caza y asiduamente aparece en la televisión a caballo, con un fusil, buscando animales salvajes. Ha practicado rafting y buceo y manejó un auto de Fórmula 1 en el circuito de San Petersburgo.

Desde el poder, Putin vivió en contacto con empresarios multimillonarios como Borís Berezovski y Román Abramóvich, algunos con mejor suerte que otros para los negocios bajo su mandato. Muchos de ellos volcaron parte de los millones que consiguieron con la privatización de las empresas estatales a los clubes de fútbol.

En 2008, Dmitri Medvédev ganó las elecciones y Putín pasó a ejercer de Primer Ministro. Medvedev ya había sido premier durante el segundo mandato de Putin. Los dos poderosos se reparten a su gusto los cargos más importantes del país. Además de sus visiones políticas, ambos comparten a menudo bajadas de esquí por las montañas.

Con mano de hierro y poder firme, Putín enfrentará este nuevo período. La lucha contra la corrupción y la modernización del estado serán algunos de sus desafíos, en medio de protestas crecientes, que se intensificaron después de las elecciones legislativas de diciembre pasado. Sólo ayer se recibieron más de 3.500 denuncias por irregularidades.

“Lo primero es la salud. Después el desarrollo de la infraestructura. Y en tercer lugar, la movilización de todas las fuerzas del Estado y la sociedad destinada a conseguir un resultado común para la nación”, explicó Putín sobre el lugar que el deporte debe ocupar en el desarrollo de la nación. Con los megaeventos y su mano de hierro aspira a lograrlo.

Las lágrimas de Putín entras victoria en las elecciones de Rusia:

    

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