Ramón Díaz, Abdo, motivación y mística

“Asumo toda la responsabilidad de lo que pasó. Soy un entrenador que le gusta pelear arriba. Este equipo dará que hablar en el futuro", señaló ayer Ramón Díaz para anunciar su renuncia a la dirección técnica de San Lorenzo. Un entrenador con 8 títulos en su haber se fue de un equipo lejos de la gloria y de sus objetivos iniciales. En el torneo Clausura, San Lorenzo se ubica en puerto 11, con 15 puntos, y consiguió dos de las últimas 15 unidades que disputó.

El presidente del club, Carlos Abdo, intentó deslindar responsabilidades al entrenador: "Hay jugadores que no están motivados, no tienen capacidad de reacción. Hay que trabajar en la semana y hablar con los jugadores porque son los que tenemos". Situación similar se vivó en Boca hace unos días, cuando el vicepresidente José Beraldi cargó contra los futbolistas por la mala campaña de su equipo. "Hace falta un mayor compromiso de los jugadores, que dejen todo en la cancha. El que no entienda la mística de Boca se va a tener que ir. Acá se necesita otra actitud, esto es Boca", había dicho Beraldi.

La paradoja de estos clubes denominados grandes, que por ahora están lejos de poder aspirar al título, son las grandes inversiones en refuerzos que realizaron al comienzo del campeonato, pensando quizás que eso les permitiría vivir otra realidad a esta altura del campeonato.

San Lorenzo fue el equipo argentino que más dinero gastó en el mercado de verano, de la mano de un grupo inversor que llegó al club de la mano del entonces flamante presidente Abdo. Así, el Ciclón invirtió US$ 4.6 millones, repartidos entre 6 jugadores. El más caro de ellos fue Néstor Ortigoza, por quien le pagó a Argentinos US$ 2.2 millones, seguido por el uruguayo Juan Manuel Salgueiro, quien arribó a cambio de US$ 1.2 millón. Además, llegaron el delantero paraguayo Pablo Velásquez (US$ 300 mil el préstamo por un año), el peruano Giancarlo Carmona (US$ 500 mil por el 50% del pase) y Jonathan Ferrari (US$ 280 mil por el 50% del pase). El sexto refuerzo fue Matías Giménez, que llegó desde Boca a cambio de Diego Rivero.

Boca fue el segundo equipo que más dinero gastó, con un total de US$ 3.9 millones. Su presidente Jorge Amor Ameal fue contundente hace poco sobre las ambiciones del club: "Armamos un equipo para salir campeón". Así llegaron Diego Rivero (sin cargo), Walter Erviti (US$ 3.2 millones) y Leandro Somoza (a préstamo por US$ 500 mil). Pese a su victoria de ayer ante Huracán por 3 a 0, Boca reubica en el puesto 14 con 14 puntos en 11 partidos.

El 1° de abril, el periodista Alejandro Fabbri publicó una columna en 442.com.ar con abundantes estadísticas sobre los últimos campeonatos en la Argentina. Allí, Fabbri muestra la tabla de posiciones sumados todos los torneos desde el Apertura 2006, que fue el momento en el que Juan Sebastián Verón volvió a Estudiantes. Así quedan ordenados los equipos sumados los últimos 9 torneos completos y lo que va de este: Estudiantes 338 puntos, Vélez 296, Boca 293, San Lorenzo y Lanús 289, River 264, Argentinos 253, Independiente 247, Newell’s 245, Arsenal y Banfield 244, Colón 238, Racing 228 y Gimnasia 190. Así es como se muestra que Estudiantes le lleva un torneo completo a Vélez (42 puntos) y supera por 45 unidades a Boca, por 49 a San Lorenzo y Lanús, 74 a River, 91 a Independiente, 110 a Racing y 148 a Gimnasia La Plata. Como vemos, en esta tabla imaginaria tanto San Lorenzo como Boca aparecen lejos de los punteros, como en el Apertura 2011.

Motivación, reacción y mística, aquellos atributos de los hablaron Abdo y Beraldi, escasean tanto en jugadores, técnicos y dirigentes de Boca y San Lorenzo desde hace tiempo. Es curioso como estos equipos (más Boca que San Lorenzo) en los últimos años se han mantenido en campañas pobres en puntos mientras inyectaban dinero en forma de jugadores en sus planteles.

El puntero del Torneo Clausura es Vélez, que sólo gastó plata en un jugador (David Ramírez, US$ 3 millones) y trajo otro sin cargo que apenas pudo jugar antes de lesionarse (Guillermo Franco). Lo siguen Godoy Cruz, que perdió a Ramírez, su principal figura, y River, que sólo trajo a Fabián Bordagaray sin cargo, que apenas si estuvo en cancha. Aunque Abdo y Beraldi no quieran, no sólo deberán mirar hacia el campo de juego para explicar los malos momentos de sus equipos.