El modelo Guardiola de renovación de contratos

Fue casi en silencio, como muchas de sus acciones más trascendentes. Dirgió el entranmiento del Barcelona el miércoles por la mañana, abandonó la Ciudad Deportiva y se desplazó a las oficinas del club. Finalmente, Josep Guardiola estampó la firma y por una temproada más será el entrenador del Barcelona, hasta el 30 de junio de 2012. El ciclo extiso promete continuar.

Desde que asumió el cargo a mitad de 2008, el club ganó dos títulos de liga española, en 2009 y 2010, y a una Liga de Campeones y un Mundial de Clubes en 2009, un año en que los azulgranas se llevaron las seis competiciones nacionales e internacionales en las que participaron. En total, Guardiola ya le dio al Barcelona 8 títulos. Pero más allá de los números, ya están en las páginas de la historia del fútbol las exhibiciones futbolísticas que dejó el Barcelona sobre el campo de juego en los últimos dos años y medio. Un equipo que desde el incio de este ciclo jugó un fútbol de alto vuelo pero cada día es capaz de superarse a sí mismo. El Barcelona de Guariodla vio pasar nombres como Ronaldinho, Deco, Eto'o, Ibrahimovic, Márquez y Henry, para darle el poder a Lionel Messi, apuntalado por los geniales Iniesta y Xavi. Pese a sus escasas palabras públicas (sólo habla con la prensa en conferencia, al estilo Bielsa), Guardiola toma decisiones. El Barcelona de hoy no es el mismo de hace dos años. Sus nombres cambian y el nivel futbolístico se mantiene o, en todo caso, mejora.

A la hora de negociar sus contratos, Guardiola también dista mucho de sus pares. A diferencia de muchos, no cree en los contratos largos. Supone que son los resultados los que marcan el camino de un entrenador, aunque en su caso parece que sólo una racha catastrófica podría eyectarlo del cargo. Renovó por primera vez en 2010, tras dos años en el club. Podía garatinzarse en los papeles varios años de trabajo, pero acordó 12 meses más en su puesto. Propuso a los dirigentes sentarse a la mesa a final de temporada, evaluar el pasado, pensar el futuro y decidir la renovación.

Esta vez el nuevo presidente Sandro Rosell le propuso que firmara por todo el periodo de su gobierno. Pero Guardiola aplicó su filosofía cortoplacista y acordó seguir hasta 2012. Dice que funciona mejor con objetivos cortos, que eso lo motiva a seguir trabajando. En un club que ha hecho del trabajo a largo plazo en sus inferiores una escuela, en la primera división encuentra a uno de sus mejores alumnos con la filosofía contraria. Sería una gran paradoja, si no fuera porque el proyecto Barcelona es tan potente y está tan arraigado, que resiste un entrenador maravilloso que elija ponerse a prueba una vez al año.

Aquí la firma del contrato: