Gustavo Adrián Quinteros

“Barrabravas son los dirigentes, porque manejan las entradas, las salidas, los viajes…” declaró Hugo Capella, tío de Gonzalo Acro, al diario La Nación el 10 de agosto de 2007. Su sobrino había muerto el día anterior luego de 30 horas de agonía en el hospital Fernández de Buenos Aires tras recibir dos disparos, uno en el cráneo y otro en el muslo. La frase de Capella emparentaba el carácter criminal de los grupos de hinchas violentos a las acciones de los dirigentes deportivos, que desde su vocación de servicio al club de sus amores muchas veces buscan valerse de los barra bravas, y sus prácticas violentas, para su propio beneficio. En este marco, la acumulación de dinero en bolsillos propios a costa del club que tanto se ama es la característica que se le puede asignar a muchos barras y a otros tantos dirigentes, cada uno con sus propios medios y estrategias.

Ayer, Gustavo Adrián Quinteros llevó hasta el extremo este factor criminal que Hugo Capella le imputó a muchos dirigentes deportivos hace tres años, aunque, justo es reconocerlo, no sólo se valió de un club de fútbol para ganar dinero ilícito. Quinteros, presidente del club Cambaceres, que milita en la cuarta categoría del fútbol argentino, fue detenido en un bar de La Plata acusado de liderar una banda de delincuentes que operaba en esa ciudad y sus alrededores, según informaron fuentes policiales. La detención fue requerida por el fiscal Marcelo Martín, titular de la UFI 3, que le imputó a Quinteros la comisión de "robo calificado". Concretamente, a Quinteros se lo acusa de ser el responsable de dos robos agravados por el uso de armas.

Hace tiempo, el presidente preso había tomado el mando de la barra brava del club. Como todo grupo de hinchas con poder en la tribuna, hicieron de la violencia una cuestión cotidiana. En 2006, la barra de Cambaceres tuvo una activa participación en los traslados de los restos del General Perón a la quinta de San Vicente, que terminó con un enfrentamiento a los tiros entre grupos ligados al gremio de la construcción, donde estaban los de Camabceres, y otros vinculados a los camioneros, donde aparecieron miembros de las barras de Independiente y Estudiantes. En 2007, Quinteros estuvo preso una semana tras un enfrentamiento entre su hinchada y la de Brown de Adrogué, donde se registró un herido de gravedad.

Pero en 2009, Quinteros decidió dar el salto a la política del club de sus amores. En julio del año pasado se presentó en las elecciones como candidato a vicepresidente segundo detrás de Néstor Gestari y Horacio Curti. La lista se llevó el triunfo, pero, a comienzos de este año, Gestari se tomó licencia por tres meses. El vicepresidente primero Curti lo siguió en su salida transitoria y así fue como Adrián Quinteros, el barra, se calzó el traje de mandamás del club.

En abril, el presidente Gestari intentó retomar sus funciones, pero la Comisión Directiva le comunicó que eso no sería posible. La misma sugerencia le hicieron a Curti y entonces Quinteros se afianzó en su puesto en forma permanente. Tomó así el poder por la vía institucional, pero el sueño duró poco. Su detención de ayer refuerza la tendencia criminal de los barras bravas, quienes lejos de ya de la irracionalidad que algunos postulan, mediante la violencia consiguen recaudar dinero para sus bolsillos. Desde su doble rol de dirigente y barra, Gustavo Adrián Quinteros demostró que, desde el fútbol, existen muchas posibilidades de conseguir dinero, sin necesidad de estar dentro de la cancha.

2 comentarios:

  1. QUE QUEDE PRESO X MUCHO TIEMPO ESTAS LACRAS HACEN MUY MAL AL FUTBOL

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  2. esto es producto nestor gestari que lo trajo para integrar su lista UNA VERDADERA VERGUENZA echenlos del club a estos CHORROS

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