Del Bosque y Pellegrini

Cuando iniciaba su primer ciclo al frente del Real Madrid, Florentino Pérez mantuvo una conversación con José Martínez, Pirri, uno de sus asesores futbolísticos. Allí, el ex futbolista le habría recomendado fichar a Claude Makelele y Flavio Conceiçao para reforzar el equipo. Con ellos, para Pirri, el Real Madrid tendría el mejor medio campo del mundo. Pérez finalmente acordó los fichajes, no sin ciertas dudas, sobre todo en el caso de Conceiçao, por el que la Casa Blanca pagó 24 millones de euros. Makelele dio sus frutos al equipo, pero a los dos meses de su llegada, Conceiçao ya no disponía de un lugar en el once titular. Vicente Del Bosque, el entonces técnico madridista, le explicó al presidente que no veía al mediocampista en un buen nivel, pese al dineral que se había pagado. Tras ser consultado, Pirri le explicó a Pérez la regla futbolística: “En el juego de los fichajes, tres de cada cinco no funcionan”. A partir de entonces, el presidente entendió que sólo debía fichar a los galácticos, esas superestrellas que llegarían al Madrid a cambio de millones para hacer engranar el negocio futbolístico.

La anécdota que cuenta el periodista John Carlin en su libro “Los Ángeles Blancos”, refleja la situación por la que pasaron los entrenadores del Real Madrid desde que Pérez llegó a la presidencia por primera vez, en 2000. La historia se reactualiza en estos días, a partir de una interesante entrevista concedida por Manuel Pellegrini, el saliente entrenador merengue, al diario chileno el Mercurio. “Hicimos la mejor Liga en la historia del Real Madrid. No la ganamos porque hay un gran club que es el Barcelona; no ganamos la Champions League porque no había un plantel estructurado para ganarla y ahí estuvo mi principal discrepancia; y no ganamos la Copa del Rey porque lo hicimos muy mal, fue una vergüenza de la que me siento totalmente responsable” dice allí el ex técnico de San Lorenzo y River. Más allá de su autocrítica, poco común a la hora de los discursos nacidos al calor del banco de suplentes, Pellegrini abandonó el banquillo madridista luego de una temporada, tras conseguir el 81 % de los puntos. “Para mi gusto, el área técnica del club, debió haber tenido una mayor influencia en el plantel, como ocurre en todos los clubes, menos en éste. Es cierto que, por contrato, el entrenador no tiene voto en la conformación del plantel” amplía el chileno, que por ejemplo se opuso a la salida de los holandeses Robben y Sneijder a comienzos de temporada.

Como bien cuenta técnico chileno, los grandes fichajes madridistas parecen decidirse entre los tesoreros y los asesores de marketing, que ven en los futbolistas más famosos la llave para dar rienda suelta al negocio deportivo al comienzo de cada temporada. “Creo que al proyecto de Florentino le falta la voz deportiva para configurar un todo que tenga la cantidad de éxitos deportivos que debería tener con esos grandes jugadores” cierra Pellegrini, para intentar explicar cómo un equipo que en el verano de 2009 gastó 250 millones de euros en fichajes como Kaká, Cristino Ronaldo y Benzema, cerró el año sin festejar título alguno.

Pero Pellegrini no fue la primera víctima del modelo Florentino. El primer entrenador que tuvo dejar el banquillo fue Vicente del Bosque, cesanteado en 2003 luego de cuatro años en la dirección técnica. En aquel tiempo, ganó dos títulos de Liga y dos Champions Leagues, además de la Copa Intercontinental. En el medio llegó Pérez, que fue comprando estrellas a granel al calor de su proyecto global. Del Bosque, un hombre sencillo, parco, de poco carisma y llano discurso, no encajaba en el modelo. Fue despedido en medio de un pasillo horas después de ganar la Liga.

Del Bosque es hoy quien desde la dirección técnica guió a la Selección Española a ganar su primera Copa del Mundo. Una reportaje de Luis Gómez aparecido en el diario El País retrata bien la vida de este hombre que vivió desde los 16 hasta los 52 años ligado al Real Madrid, primero como futbolista, luego como entrenador de las categorías menores y finalmente al mando del primer equipo. Mientras trabajaba con los chicos, pasaba 10 horas por día en el club haciendo gala de su vocación docente y paternalista. Hoy, en la vieja ciudad deportiva del Madrid florecen altos edificios, símbolo de los nuevos vientos que cruzan la Casa Blanca. Cuando Del Bosque fue despedido del banquillo, el modelo del marketing y los negocios había triunfado para siempre en el Real Madrid.

Hace dos días, Del Bosque fue recibido con honores en su Salamanca natal. Desde el balcón del ayuntamiento, saludó a miles de personas que se habían reunido para verlo. En Chile, Pellegrini descansa luego de 6 años consecutivos trabajando en España, primero en el Villarreal y luego en la Casa Blanca. En Madrid, José Mourinho asumió como nuevo entrenador merengue, a cambio de diez millones de euros al año. Antes de disputar la final de la Champions League con el Inter hace poco más de un mes, el portugués negoció su traspaso con Florentino Pérez, mientras Pellegrini todavía estaba en funciones. “Así como se portaron pésimamente para decirme que me despedían, se portaron de bien para liquidarme el contrato, sin poner ninguna traba” dijo el chileno a El Mercurio. En el mundo de los negocios, todo se arregla con millones, aunque eso no siempre garantiza títulos.

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