Togo, la barbarie y la miseria

Los jugadores de las selecciones de Angola y Malí se dispusieron en torno al círculo central del Estadio 11 de Noviembre de la ciudad de Luanda. Permanecieron poco menos de un minuto en silencio, como una forma de recordar a los tres miembros de la delegación de Togo que pocos días antes habían fallecido en un ataque terrorista. Atrás habían quedado los desfiles y los fuegos artificiales que habían inaugurado la Copa de África. En el partido, angoleños y malienses ofrecieron un partido increíble, que terminó con un empate 4 a 4, tras una ventaja inicial de 4 a 0 por parte de los locales. Primero la tragedia, luego la fiesta y finalmente el fútbol. Todo eso y mucho más incluye el torneo que reúne a 16 seleccionados africanos por estos días en Angola.

La tragedia se produjo antes del inicio del torneo, el pasado 8 de enero. Ese día, la delegación de Togo cruzaba la frontera entre Congo y Angola, con destino a Cabinda, el lugar asignado a la selección togolesa para disputar sus partidos de primera fase de la Copa. A las 15.15 hora local, durante 20 minutos, miembros del grupo terrorista conocido como Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC) dispararon contra el colectivo que trasladaba a la delegación. Allí murieron el conductor del autobús, el entrenador asistente de la selección, Abalo Amelete, y el jefe de prensa del equipo, Stan Ocloo. Además hubo 9 heridos.

Tras los graves incidentes, se iniciaron una serie de discusiones entre los jugadores de Togo, el gobierno del país y los organizadores sobre los caminos a tomar. Mientras los futbolistas eran partidarios de disputar el torneo como una suerte de homenaje a los fallecidos, el poder político impuso su propuesta y Togo no formó parte de la Copa. "Sería irresponsable fingir que no ha pasado nada y dejar el espectáculo seguir" dijo el primer ministro togolés, Gilbert Houngbo. "Es necesario retirarnos porque nuestros jugadores se encuentran en un estado de ''shock'' y porque no tenemos la seguridad ni las garantías necesarias para disputar el torneo" manifestó Pascal Bodjona, ministro de Administración Territorial y portavoz del ejecutivo togolés. Algunos jugadores confirmarían luego a la prensa que no estaban de acuerdo con la decisión.

"El fútbol está por encima de todo, incluso de la política" le dijo por teléfono Samuel Eto'o, delantero de Camerún, a su amigo Emmanuel Adebayor, capitán de la selección de Togo. Con aquella frase que dio título a una canción del grupo Queen, Eto´o expresó sintéticamente el pensamiento de la organización del torneo. Inicialmente, los jugadores togoleses intentaron convencer algunos colegas de otras selecciones de boicotear el torneo, pero no encontraron eco allí. Lejos de compenetrarse con el horror de la tragedia, los miembros de la Confederación Africana de Fútbol intentaron por todos los medios evitar la retirada de Togo. Al no lograr su cometido, dieron por perdidos por 3 a 0 los tres partidos que el equipo ausente debía disputar en el torneo e incluso amenazaron con multar con 50.000 dólares y la exclusión de las dos próximas ediciones de la Copa a Togo por su salida. Para completar la faena, un portavoz de Confederación culpó por el incidente a los togoleses por viajar en autobús en lugar de desplazarse en avión.

Sin embargo, detrás de los muertos y del fútbol está un país como Angola, que padeció una guerra civil desde su independencia de Portugal en 1975 y que duró 27 años. La esperanza de vida es de 37 años y tiene una tasa de alfabetización del 42 %. Pese a disponer de recursos naturales como el petróleo, cuenta con uno de los ingresos per cápita más bajos del mundo. En ese contexto, según el diario francés Le Monde, el gobierno invirtió cerca de 1000 millones de dólares en la organización del torneo.

Cabinda, la zona donde fue atacada la delegación de Togo, es una de las 18 provincias en las que está dividida Angola. La particularidad es que se ubica separada del resto del territorio, ya que está rodeada por el Congo y el océano Atlántico. Zona rica en recursos naturales, dispone de abundante petróleo y además produce café, coco, látex y aceite de palma. La explotación del crudo implica unas exportaciones por 100 mil dólares al año por habitante de la región (poco más de 250 mil en 2006), lo que en total representa un 60 % de la producción total del país. A pesar de eso, Cabinda sigue siendo una de las zonas más pobres de Angola. Las acciones más concretas de los grupos separatistas como FLEC se profundizaron a fines de la década del ´90, principalmente con secuestros de trabajadores de las compañías petroleras extranjeras. La Copa de África fue un acontecimiento de relevancia donde exponer este mundo de pobreza e injusticia.

Estrellas mundiales como Eto´o (del Inter), Diarra (del Real Madrid), Kanouté (del Sevilla), Keita (del Barcelona) y Drogba (del Chelsea), entre otros cracks del fútbol mundial, dan vida desde el 10 de enero a la Copa de África, que se juega con tres muertos sobre sus espaldas. Los altos mandos del deporte poco saben de dolores profundos y condolencias. Aquí sólo importa el espectáculo. Afuera del estadio, quedarán las víctimas, los llantos y un mundo de miseria, que ve pasar la pelota intentando encontrar alguna alegría.

1 comentario:

  1. Es vergonzoso que ocurran cosas como estas. Pero bueno, ya hay que centrar en el fútbol...
    Saludos desde La Escuadra de Mago

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