Hagan sus apuestas

Pocas veces la agenda del fútbol internacional coincide con lo que sucede en Argentina. Mientras a mediados de 2006 la justicia italiana avanzaba en una investigación sobre arreglos de partidos y compra de árbitros (que terminaría con el poderoso Juventus en la B), en Argentina el ambiente del fútbol hablaba del campeonato del Boca de Basile y especulaba sobre la lista de 23 convocados por José Pekerman para el Mundial de Alemania. Tres años y medio después, los escándalos futbolísticos por supuestos resultados adulterados aparecen en Argentina y en Europa. Quizás sea la forma que tenemos en esta parte de Sudamérica de parecernos al primer mundo.

La noticia que conmovió al mundo del fútbol estalló el pasado 20 de noviembre en Alemania, cuando la fiscalía de Bochum dio a conocer una investigación que llevaba a cabo sobre 200 partidos de fútbol, uno de básquet y otro de tenis, que podrían tener resultados poco claros. Las denuncias alcanzaban a jugadores, dirigentes, árbitros y apostadores e incluían encuentros de once ligas de fútbol europeo, entre ellas Alemania, Suiza, Bélgica, Croacia y hasta partidos de la Liga de Campeones de Europa. Además hubo detenciones en Alemania, Suiza e Italia y varios futbolistas de equipos del ascenso suizo fueron separados de sus planteles. El presidente del club helvético Thun, Markus Stahli, admitió que muchos de sus jugadores no jugaron en su nivel en la derrota por 5 a 1 de abril pasado ante Yverdon. Los futbolistas habrían recibido un total de 22.000 dólares para asegurar una derrota por cuatro goles de diferencia y favorecer así a los apostadores clandestinos. Se cree que unas 200 personas participaron de todo el esquema y que los líderes del negocio ganaron al menos 10 millones de euros.

La UEFA respaldó la investigación y hasta inició su propio proceso, concentrándose en siete partidos. La FIFA está tratando el caso en la reunión que mantiene en estos momentos en Sudáfrica, antes del sorteo de la Copa del Mundo del próximo viernes. En el medio, las investigaciones llegaron hasta médicos y cocineros alemanes, acusados de de envenenar a jugadores para que no pudieran jugar un partido. Casualmente o no, en estos días 16 personas fueron detenidas en China, entre ellos ex jugadores y dirigentes vinculados con las apuestas clandestinas y el arreglo de partidos.

En Argentina, el escándalo es más humilde, aunque no menos preocupante. El árbitro Cristian Faraoni denunció hace pocos días que Aníbal Hay, ex árbitro y actual veedor de los colegiados, le habría sugerido favorecer con sus fallos a San Lorenzo ante Atlético Tucumán, en un partido de la primera fecha del actual torneo. Afectado o no por los dichos de Hay, Faraoni cobró un gol para el Ciclón tras una clara falta de Bergessio sobre el arquero tucumano y no cobró un gol legítimo para Atlético. El denunciante contaría con una grabación como aval.

La reacción de la Asociación del Fútbol Argentino no fue similar a la de la fiscalía de Bochum. La entidad que rige los destinos del fútbol en la Argentina resolvió despedir de su cargo a Hay, quien además oficiaba de relacionista público con los árbitros extranjeros que venían a dirigir a la Argentina. El cargo de RRPP había sido creado especialmente por el presidente de la AFA, Julio Grondona, para Hay, demostrando la cercanía que une a ambos personajes. Para completar sus actividades, el ex árbitro oficiaba de comentarista en un canal de cable sobre la labor de sus ex colegas cada fin de semana.

Faraoni, el otro personaje en cuestión, no fue separado de su cargo, aunque no dirige hace un mes en Primera División y el último fin de semana fue enviado para arbitrar la final de la Liga Interprovincial de Fútbol del sur de la provincia de Santa Fe entre Social Gödeken e Independiente de Chañar Ladeado.

A comienzos de este año, la AFA no les renovó el contrato a Diego Muñoz, Claudio Benítez, Ariel Llapur y Leandro Métola, todos árbitros de Primera D. Según el diario Olé, estos alejamientos se deberían a que con sus fallos los colegiados habrían favorecido a Berazategui, equipo que ascendió de la D a C en 2007. Otro caso polémico fue el de Daniel Jiménez, retirado en 2007 tras un polémico arbitraje en la final por el ascenso entre San Martín de San Juan y Huracán. Se ve que las sospechas no son nuevas.


Los escándalos en Europa y la Argentina muestran hechos similares pero distintas reacciones. En Alemania, la justicia avanza en la investigación, indaga y detiene. La UEFA, en tanto, abre su propio sumario sobre los partidos que considera sospechosos. En Argentina, la AFA considera las suspensiones o los despidos como única herramienta para resolver las sospechas, como si tirar la basura lejos alivianara los problemas. Cuestiones de formas.

1 comentario:

  1. Quizás sea la forma que tenemos por acá de sentirnos primer mundo. Está bueno.
    Y de Brazenas nadie dice nada?

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