Una película previsible

Las crónicas del 2009 dirán que los dos Boca - River terminaron 1 a 1. Otra vez, el superclásico mostró ayer un nivel de juego que no pasa ni cerca de las expectativas que se vivieron en la semana previa. Intenso, más corrido y luchado que bien jugado, el encuentro dejó a los dos navegando por la mitad de la tabla, River más bien en el fondo, y con poco para rescatar de cara al futuro.

En el saldo final, probablemente sea River quien pueda dar fe de una leve mejoría con respecto a lo que venía haciendo en los partidos anteriores. Sin delanteros en cancha, los de Astrada eligieron desde el comienzo darle el control del balón a Boca, presionar duro en la mitad de la cancha y soltar volantes para que llegaran rápido al área rival. Así pasaron el mano a mano de Domingo que se fue por poco y las dos llegadas claras de Abelairas, una en cada tiempo. El tiro de libre de Gallardo a los 29 minutos de la primera mitad le dio a River una ventaja que no parecía exagerada, aunque sin delanteros de peso a los Millonarios les cuesta demasiado generar peligro en el arco contrario. Sólo el buen nivel de Buenanotte logró ayer inquietar a la defensa rival.

Pese a que en el segundo tiempo River decidió esperar bastante cerca de su área, Boca también mostró dificultades para encontrar llegadas claras. Bajos Palermo y Riquelme, la carta principal de ataque fue Nicolás Gaitan, volcado en el segundo tiempo a la derecha, en el hueco que había dejado el expulsado Villagra. Pero el 9 y el 10 xeneizes mostraron sus mejores cartas a los 18 minutos del segundo tiempo, cuando un toque exquisito de Román habilitó a Palermo, que en la primera y única pelota clara que tuvo dentro del área la mandó al fondo de la red. A partir de allí, el partido se hizo de ida y vuelta, con más situaciones del lado de Boca, que con más puntería podría haberse llevado los tres puntos. Sin embargo, el empate final es buen reflejo de lo que mostró el partido.

Con un bajo nivel en el césped, las novedades del superclásico pasaron más que nada afuera de la cancha. La televisación en directo por un canal abierto después de 33 años (alcanzó puntos los 36 puntos de rating en el 7) y el reconocimiento al recuperado Charly García en la previa son una buena muestra de ello. Después aparecen cosas vistas otras veces: el mal arbitraje (esta vez de Laverni), los expulsados (Cáceres y Villagra), la simulación de Ortega (para hacer expulsar al paraguayo), las protestas, un lindo tiro libre de Gallardo, el gol de Palermo. Las expectativas previas son similares y los hechos se repiten en el campo. El partido del Torneo Clausura pasado es buen espejo donde mirar el encuentro de ayer: coinciden el resultado, los goleadores y hasta la forma en que los tantos fueron anotados.

Como en el campeonato anterior, el clásico también se jugó con los dos equipos lejos de la punta. A eso se le suma en este caso que los dos ya están eliminados de la Copa Sudamericana. Pero pese a ser los clubes más populares del país, el torneo argentino excede largamente a Boca y River. Eso también queda reflejado en la tabla, donde con más de medio campeonato disputado es Colón quien está en la vanguardia, seguido por Estudiantes, Banfield y Newell´s. Después de ver lo que mostraron Boca y River ayer, probablemente el fútbol bien jugado haya que buscarlo en otro lado.

2 comentarios:

  1. Flojo nivel, acorde a lo que tienen River y Boca a disposición

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  2. Hola, no sé si flojo es la palabra pero sí que no es tuvo a la altura de las expectativas generadas. Creo que ninguno de los dos puso primera como para ganarlo.
    Lo mejor: los goles, ambos dos.

    Saludos

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