Apriete de la Barra Tucumana


La historia de la violencia en los entrenamientos de fútbol (ya no solo en los partidos) volvió escribir ayer otro capítulo. Más de 50 barras entraron ayer a la práctica de San Martín de Tucumán y amenazaron a los jugadores y al cuerpo técnico por el bajo nivel del equipo. La discusión subió de tono hasta que los hinchas mostraron armas de fuego y efectuaron disparos al aire. Para completar su trabajo dejaron balas en los autos de algunos jugadores.

La violencia del fútbol ha ido ganando terreno a lo largo de los años. Los hechos violentos pasaron de las tribunas a las inmediaciones de los estadios y en los últimos tiempos son cada vez más los problemas que se registran los días de semana, muy lejos de los días de partido. Los barras ya no necesitan estar en una tribuna para expresarse. Hace pocos días, los planteles de Deportivo Morón y San Martín de Burzaco sufrieron aprietes similares.

Pero parece que la barra de San Martín tiene bastante presencia en el club. Rubén Ale, actual gerenciador, fue el líder de la hinchada en los 80 junto a su hermano. Su prontuario incluye un juicio por asociación ilícita donde fue absuelto. Después fue candidato a concejal y legislador por una lista menemista (no fue electo) y actualmente es dueño de una flota de 3.000 remises en la capital tucumana. De su holding también forman parte el boliche Five Stars y varias casas de juego.

Hace cinco años comenzó a incursionar en el fútbol y se hizo cargo de San Martín de Tucumán a través de su gerenciadora. En cinco temporadas el equipo pasó de jugar en la liga provincial a la Primera División.

Susana Trimarco, Madre de Marita Verón, joven secuestrada en 2002 por una red de prostitución, acusó a Ale de participar en la desaparición de su hija, a tal punto que se sospecha que Verón estuvo cautiva unos días en la casa del gerenciador, a donde habría llegado en un remis de Five Stars.

Los capos de los clubes tucumanos presentan curiosidades. Julio Miranda, gobernador local entre 1999 y 2003, ocupó simultáneamente el gobierno provincial y la presidencia de Atlético Tucumán, el otro grande de la ciudad.

“En San Martín se está trabajando de la manera que esperábamos. A la directiva la conforman personas que realmente quieren al club. Todo camina perfectamente”. Eso dijo Ale recientemente. A veces las palabras están lejos de los hechos.

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